Victimismo descarado

Lo que Mazón guarda bajo llave: los datos del día de la DANA que podrían defenderle… o complicarle aún más

¿Por qué es importante? Un año después de la DANA, seguimos sin saber con certeza qué hizo, con quién habló y cómo actuó. La Generalitat mantiene información clave que podría justificar sus decisiones o dejarlo al descubierto, pero Mazón no la ha mostrado.

Lo que Mazón guarda bajo llave: los datos del día de la DANA que podrían defenderle… o complicarle aún más

Hoy lo ha confesado. La jefa del 112 de la Comunitat Valenciana ha admitido ante la jueza que el gobierno central pidió a las 18:35 enviar la alerta a los móviles el día de la DANA… y no lo hicieron. La responsable de emergencias, que depende de la Generalitat, les contestó que estaban trabajando en ello. Pero tardaron. Tardaron demasiado. La alerta no se envió hasta más de hora y media después, a las 20:11, cuando ya había personas desaparecidas, atrapadas y ahogadas.

Salomé Pradas y Emilio Argüeso estaban al mando entonces. A las 18:30 esa alerta podía haber salvado vidas. Pradas, exconsellera de Interior y presidenta del CECOPI, no sabía que existía un servicio de alerta a móviles hasta esa misma tarde. Está imputada. Igual que Argüeso, exsecretario de emergencias.

Y Mazón… ¿dónde estaba mientras se negaban a mandar el mensaje? Seguía de comilona en El Ventorro. La Generalitat sigue ocultando datos, como cuando dijeron que no grababan sus reuniones y que no tenían imágenes del CECOPI. Después se descubrió que sí había cámara, clave para saber qué pasó el 29 de octubre. La jueza ya les ha reclamado todas las grabaciones sin editar.

Ya ha pasado un año de la DANA y Mazón sigue guardando información bajo llave. Él, que dijo "colaboración total" con la justicia, se negó a declarar voluntariamente. Hoy la jueza le ha pedido el listado de todas las llamadas que hizo ese día. Quieren saber con quién habló. Entre las 18:57 y las 19:34 no sabemos dónde estaba, con quién y qué hacía que era más importante que atender la emergencia.

Mientras tanto, tenemos el drama humano. Silvia, farmacéutica en Benetúser, mandó un audio a su pareja despidiéndose: "No sé si alguna vez te llegará este audio, pero cuida por favor a mi niño… esto es horrible, amor… me estoy ahogando… te quiero…". Momentos así muestran lo que estaba en juego, y aún así Mazón decidió ocultar datos clave, que podrían defenderlo de las críticas. ¿Por qué los esconde?

Ni las preguntas de los medios ni las de la oposición han conseguido que Mazón saque a la luz pruebas que ayudarían a reconstruir su versión de los hechos. Sabemos que comió en El Ventorro. Y aunque fuera un almuerzo privado o de trabajo, todavía no ha enseñado la factura, que ayudaría a saber a qué hora salió y con quién.

Perdimos la pista de Mazón tras su último acto de la mañana, a las 15:00. La siguiente imagen que tenemos es llegando a La Eliana con otra ropa a las 20:30. Para saber dónde estuvo, con quién y qué hizo hasta esa hora, podría mostrar su geolocalización, los trayectos de su coche oficial o los partes de actividad de sus escoltas. Y, por supuesto, las llamadas que hizo y recibió, que la jueza ya ha pedido a Les Corts.

Tampoco sabemos exactamente qué pasó en el CECOPI. Las grabaciones son fundamentales, porque permiten verificar detalles como la llegada de Mazón. Pero aún no explican por qué se reunieron tan tarde, el motivo del apagón entre las 18:00 y las 19:00, por qué descartaron enviar la alerta al principio y, sobre todo, por qué la enviaron demasiado tarde.

Un año después, seguimos sin respuestas. Sabemos todo lo que Mazón no hizo, pero no sabemos lo que hizo cuando más se le necesitaba.

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