Horas críticas sin respuesta

El día que Mazón aparcó su deber: una comida larga y un paseo hasta el parking mientras Valencia pagaba con la vida de sus ciudadanos

Las consecuencias Mientras Valencia se inundaba y los servicios de emergencia recibían decenas de llamadas por minuto, Carlos Mazón se tomó su tiempo: primero una comida de casi cuatro horas y luego un paseo hasta el parking, dejando a las familias a merced de la tormenta.

El día que Mazón aparcó su deber: una comida larga y un paseo hasta el parking mientras Valencia pagaba con la vida de sus ciudadanos

Valencia todavía llora aquel 29 de octubre. La DANA dejó 229 víctimas mortales y cientos de familias destrozadas. Pero mientras la ciudad se ahogaba, Carlos Mazón, president de la Generalitat, protagonizaba su propio paseo.

Rosa Álvarez, presidenta de la Asociación de Víctimas de la DANA, lo deja claro: "Lo único que le preocupaba cuando llegó al CECOPI era que él no tenía cobertura, mientras nuestros familiares se ahogaban, mientras sus vías respiratorias quedaban obstruidas por lodo. Nos dejaron morir".

Esa tarde, después de una comida no oficial de casi cuatro horas en el Ventorro, Mazón no se dirigió directamente al Palau. Dio un rodeo, acompañando a la periodista con la que había comido hasta el parking de su coche, en sentido contrario al centro de mando. Mientras él paseaba y prolongaba la sobremesa, la gente moría.

Doloresperdió a su marido y a sus hijos arrastrados por la corriente. La familia de Toñi sufrió la muerte del marido y de la hija en su garaje. Victoria vio cómo su marido y sus perros subían al tejado intentando salvarse. Los hijos de Saray pasaron horas sobre un coche hasta que fueron rescatados; su abuelo murió intentando mantenerlos con vida. Y esto es solo un puñado de historias de horror.

Mazón ha defendido su actuación: "No estuve incomunicado, comunicado todo el rato", dijo, alegando que el viaje al CECOPI "no fue fácil", que "llovía" y que solo se desplazó tras recibir un aviso. Pero las lagunas son evidentes. ¿Dónde estuvo exactamente desde que acompañó a Vilaplana al aparcamiento hasta que llegó al Palau? Porque en aquel parking Mazón dejó demasiadas cosas aparcadas: su agenda, su teléfono… y su responsabilidad.

Esa tarde, Mazón dejó de ser president para ser simplemente Carlos Mazón. Dejando de lado lo más importante: 229 vidas. Dejando de lado a quienes llamaban desesperados mientras él caminaba hacia ese parking: a las 18:45 horas entraban 40 llamadas por minuto en los servicios de emergencia. Dejando de lado su propio teléfono cuando Salomé Pradas intentaba localizarlo hasta en dos ocasiones.

Entre las 15:00 y las 20:00, las horas más críticas de la DANA, Mazón desapareció del mapa. Tres horas y media en las que el gabinete de emergencias debatía si emitir la alerta. Finalmente apareció en el CECOPI a las 20:30, dejando que su consellera asumiera temporalmente el control. La alerta que podía haber salvado vidas no se emitió hasta las 20:11, cuando él todavía estaba de camino.

La UME estaba preparada para actuar mucho antes y confirma: "Ya llevábamos horas alertados. En cuanto vimos que la situación se estaba poniendo francamente difícil, salimos, mucho antes de cualquier orden oficial". Mientras tanto, familias enteras luchaban por sobrevivir, sin ayuda, sin avisos, sin protección.

Ese 29 de octubre, Mazón aparcó su responsabilidad. Aparcó al president y se convirtió en un ciudadano más, dejando atrás su deber hacia la gente. Tres horas y media de silencio, indecisión y ausencia mientras Valencia se ahogaba. Porque lo único que un responsable público no puede aparcar es su deber. Y aquel día, Mazón lo hizo.

*Sigue a laSexta en Google. Toda la actualidad y el mejor contenido aquí.