Desde Aznar hasta Ayuso

Privatizar hospitales públicos, el negocio que el PP lleva en su ADN y que sigue causando problemas en toda España

Las consecuencias Desde la Ley 15/97 hasta hoy, la privatización de hospitales públicos se ha expandido por toda España. Más de 2.000 mujeres afectadas por mamografías dudosas son solo un ejemplo de cómo los sistemas que deberían protegernos fallan cuando lo público se gestiona para lucrar.

Privatizar hospitales públicos, el negocio que el PP lleva en su ADN y que sigue causando problemas en toda España

Este domingo Sevilla volvió a temblar de indignación. Miles de personas llenaron las calles para protestar contra el escándalo de las mamografías dudosas que han afectado a más de 2.000 mujeres. Muchas siguen sin respuestas claras sobre qué falló, y la frustración se mezcla con la rabia.

Según 'El País', los técnicos recibieron órdenes de no informar a las pacientes: un nuevo sistema informático debía encargarse de todo. Confiaron en que funcionaría… y falló. Mientras tanto, se desactivaron comisiones de seguimiento con expertos que podrían haber dado la voz de alerta.

Ángela Claverol, presidenta de AMAMA, asociación de mujeres afectadas, resumió la sensación general: "Nos han llamado de todo, que alarmistas, que lanzamos infundios. Le importamos una mierda". Y no le falta razón. Este episodio no es un fallo aislado: es otra consecuencia de un modelo que está en el ADN del Partido Popular desde hace décadas: la privatización de la sanidad pública.

Desde los tiempos de José María Aznar, la entrada de la gestión privada en hospitales públicos ha sido una constante. La Ley 15/97 abrió la puerta a empresas privadas, con la única oposición de Izquierda Unida y el BNG. Dos años después nació el modelo Alzira, que se expandió rápidamente por toda España. El hospital de La Ribera, pionero en esta fórmula, acabó siendo rescatado por la administración tras generar pérdidas de más de 69 millones de euros.

Durante años, comunidades como Madrid y Cataluña han visto cómo lo público se convertía en negocio. Esperanza Aguirre inauguraba hospitales "públicos" día sí y día también, gestionados por empresas privadas. Hoy, bajo Isabel Díaz Ayuso, hasta 12 hospitales públicos madrileños funcionan en manos privadas, que se lucran con servicios que deberían ser de todos. Extremadura, La Rioja, Baleares, Canarias… todas muestran un aumento de la participación privada en sus sistemas sanitarios.

Los datos más recientes confirman la expansión del modelo. La Comunidad de Madrid sigue a la cabeza desde hace más de una década, acompañada por Cataluña, Baleares y Canarias. Andalucía registra este año un crecimiento sin precedentes: desde 2019, la derivación de servicios al sector privado ha aumentado un 32%, seguida de cerca por la Comunidad Valenciana.

En Andalucía, la Junta de Juanma Moreno no esconde su estrategia: reducir listas de espera pasando por la privatización. Hace apenas dos meses se desbloqueó un contrato de 533 millones de euros con 38 empresas y 50 clínicas privadas para derivar intervenciones a partir de septiembre.

Este escándalo de las mamografías es solo la punta del iceberg. La privatización no es un accidente del sistema: es una política deliberada que ha crecido durante casi 30 años. Mientras tanto, los pacientes pagan el precio: falta de información, sistemas que fallan, comisiones desactivadas y hospitales gestionados para generar beneficio, no para garantizar la salud de la ciudadanía.

Como resume Claverol, lo que pasa en Sevilla no es un fallo menor: "Nos importamos una mierda". Y esa frase resume décadas de privatización: lo público debilitado; los ciudadanos desprotegidos; y los beneficios, siempre para unos pocos.

*Sigue a laSexta en Google. Toda la actualidad y el mejor contenido aquí.