El show de siempre
Maduro y su estrategia de siempre: ruido, viralidad y gestos para distraer mientras el país sufre
Los detalles Entre cantar 'Imagine' y hacer sus gestos virales de 'pis, pis, pis', Maduro se asegura de que todo el mundo hable de él. Es su estrategia de siempre: generar ruido y espectáculo para distraer, mientras Venezuela sigue hundida en crisis política, social y económica.

Estados Unidos tiene a Venezuela en el radar. En sus costas está desplegada la catapulta electromagnética del portaaviones Gerald Ford, capaz de lanzar aviones al aire a 240 km/h y con un ritmo de un despegue cada 45 segundos, según '20 Minutos'. Además, el país norteamericano ya tiene el 20% de sus activos en la zona, y medios como 'AXIOS' aseguran que se estaría preparando una posible llamada entre Donald Trump y Nicolás Maduro, a quien consideran "terrorista". Incluso advierten que, si Maduro cede, Cuba podría tomar cartas en el asunto.
Mientras tanto, Maduro no para de hacer ruido. Le vemos todo el rato cantando 'Imagine' o repitiendo gestos como 'pis, pis, pis no war'. Y aunque Venezuela esté preocupada, esa es exactamente su estrategia de comunicación: hablar sin parar, dar que hablar y crear una narrativa propia, sin importar demasiado el contenido. La clave: cantidad sobre calidad, anestesiar a la población con exceso de estímulos y mantener la atención sobre sí mismo.
Esta fórmula no es nueva. Maduro ha seguido el mismo patrón con Obama, Trump y Biden. Las amenazas a presidentes de Estados Unidos, los gestos virales y hasta su inglés limitado forman parte de un guion que sabe que funciona: provoca risas, se vuelve viral y le permite controlar la narrativa internacional.
Incluso suinglés malo tiene un objetivo: relajar el ambiente. Quien le rodea se ríe, y su expresión deja claro que busca ser viral. Lo ha vuelto a hacer recientemente, pidiéndole paz a Trump en inglés, mientras la tensión internacional crece.
La oposición recuerda: "Mientras estás de rumba, Venezuela se derrumba". En plena crisis económica, Maduro bailaba y cantaba mientras el país sufría. Hoy repite el mismo patrón: viralidad y ruido, evitando enfrentamientos directos con líderes mundiales, como ocurrió hace un año con el presidente de Panamá.
Lo que vemos es Maduro repitiendo un sistema que le ha funcionado siempre: ruido, viralidad y control de la narrativa, mientras Venezuela sigue viviendo una crisis política y social profunda.
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