La vida sigue igual. Después de tres años, después de tres temporadas de decepciones, de fracasos y de risas, mofas y burlas a costa de su marca, Honda no aprende. Los nipones siguen fallando tanto o más como el primer día de su regreso a la F1, y aparte de su gran lentitud son incapaces de dar una unidad de potencia fiable a un bicampeón del mundo. En Canadá, y con Fernando Alonso rodando milagrosamente en los puntos, nuevo motor roto a falta de dos vueltas. Mientras, Mercedes y Hamilton vivieron felices los 70 giros y se llevaron un triunfo que aprieta el Mundial.
Así que sí, salvo por la incursión de Ferrari, la vida sigue igual. Y eso que Alonso se empeña en cambiar un guión que Honda parece no querer cambiar. Por su política, conservadora, por su falta de interés en aceptar ayuda exterior, y por su escasa adaptación a la Fórmula 1 moderna. Por todo eso, los japoneses están lastrando a un McLaren que en curva funciona, pero que en recta es un juguete roto ante cualquier coche que se les acerque.
Contra su propio motor, y contra el resto, peleó Fernando en Montreal. Lo hizo con lo que tiene y con lo que puede. Lo hizo como sabe hacerlo. Primero esquivando el toque entre Grosjean, Sainz y Massa que terminó con la carrera de los dos últimos. Y luego aguantando como un javato en pista mientras saltaba el ahorro de combustible con los ultrablandos durante más de 35 vueltas. Poco más podía hacer.
No puede ni defenderse ni atacar. No puede defenderse, como se vio con Lance Stroll en la lucha de ambos por la décima plaza. Y no puede atacar, como se vio con el propio piloto canadiense cuando, a tiro de DRS, lo más que podía lograr era no perder la distancia. Al final se coló en los puntos por los problemas de Kvyat... pero como suele ser ya un clásico no terminó. "Engine problem", reportó por radio. Otra vez un 'engine problem', y ya van tantos que empieza a dar lo mismo. La afición no olvida eso sí, y su imagen en la grada tras su abandono es historia de esta temporada.
Hamilton arrasa en Montreal sin Vettel como rival
Mientras tanto, el que se suponía que iba a ser el rival de Honda y de McLaren tras tres años sigue ganando. Quizá no con tanta facilidad, pero sí, Mercedes sigue ganando. Tras Mónaco, decepcionante carrera para los plateados, Canadá ha sido el resurgir para ellos. Lewis Hamilton logró la pole con un vueltón, y Lewis Hamilton ha ganado con la facilidad del que no tiene a quién enfrentarse, pues Vettel empezó con su alerón muy tocado por un incidente con Verstappen y entre ambos no hubo batalla.
Con todo despejado, Hamilton no tuvo más que hacer lo que mejor sabe hacer, que es tirar y tirar. En poco, abrió una enorme brecha con respecto al resto, y preocupado por no hacer errores tenía ante sí la opción de empezar la remontada por el título. Vettel estaba lejos, pero Seb, en una bestial exhibición, terminó cuarto luchando por un podio que cayó en manos de Ricciardo. Lo tuvieron los Force India, pero Pérez se puso cabezón con Ocon y el galo no tuvo opción para intentar adelantar al oceánico. Al final los dos perdieron.
Azerbaiyán, ¿próximo destino para romper motor?
Pero están ahí. Son una alternativa real, como real es que Honda está fracasando de forma estrepitosa en su regreso a la Fórmula 1 como motorista. Los japoneses no saben de qué va el juego, y no hacen mucho por enterarse, y la paciencia de McLaren, uno de los dos grandes históricos de la competición, está cerca de su límite. En Canadá, otro abandono. Otro más. A saber cuántos quedan...
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