A preguntas de su abogado

Begoña Gómez declara que su secretaria en Moncloa la ayudó "esporádicamente" con emails de su cátedra porque era su "amiga"

Los detalles La declaración de Begoña Gómez ante el juez Peinado ha durado apenas dos minutos, en los que se ha limitado a responder a las preguntas de su propio abogado. Según su relato, su asesora le hacía favores porque era también su amiga.

Begoña Gómez declara que su secretaria en Moncloa la ayudó "esporádicamente" con emails de su cátedra porque era su "amiga"
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Cuarta comparecencia de Begoña Gómez ante el juez Juan Carlos Peinado. De nuevo, la esposa del presidente del Gobierno ha optado por responder solo a preguntas de su abogado, ante las que ha explicado las funciones que desempeñaba su asesora en Moncloa, Cristina Álvarez, también investigada, que a su vez se ha acogido a su derecho a no declarar en su propia comparecencia.

Gómez, a quien el magistrado atribuye cinco delitos -tráfico de influencias, corrupción entre particulares, apropiación indebida, intrusismo profesional y malversación-, estaba citada en esta ocasión en el marco de la pieza separada por malversación, en la que se analiza su labor al frente de la Cátedra Extraordinaria de Trasformación Social Competitiva de la Universidad Complutense de Madrid.

El magistrado pretendía averiguar si fue ella quien eligió a su secretaria y si se utilizaron medios de Presidencia, como el correo electrónico, para presionar a los patrocinadores y lograr financiación, aunque su letrado no le ha preguntado por qué utilizó el correo de Moncloa para labores de su cátedra. Gómez, no obstante, ha defendido en sede judicial que su asesora solo la ayudó con algún email de forma "puntual" y por la relación de amistad entre ambas. Álvarez, ha defendido, le hacía favores porque era su "amiga".

La eligió por su amistad

Poco antes del mediodía de este miércoles, Gómez, vestida completamente de negro, entraba a la sala de vistas tras acceder a los Juzgados de Plaza de Castilla por el garaje, por motivos de seguridad y a petición de Presidencia del Gobierno. Una vez allí, según fuentes presentes en su declaración, que ha durado apenas dos minutos, ha indicado que, al igual que sus antecesoras, ha contado con una asistente desde que su marido llegó a la Presidencia.

Begoña Gómez, entrando en los Juzgados de Plaza de Castilla para declarar ante el juez Juan Carlos Peinado
Begoña Gómez, entrando en los Juzgados de Plaza de Castilla para declarar ante el juez Juan Carlos Peinado

Según su relato, en Moncloa le dijeron que tenía designar a una persona para que la ayudara y que otras esposas de presidentes habían entre dos y cuatro asistentes. También le recomendaron que fuera alguien de confianza y de su entorno, por lo que eligió a Cristina Álvarez, con quien había trabajado y que era su "amiga". En cuanto a la forma de su nombramiento, ha dicho desconocer todo lo relativo a esta cuestión.

Las funciones que desarrollaba Álvarez, según el testimonio de Gómez, incluían coordinar el equipo de seguridad en función de la agenda y del protocolo y por eso estaba puesta en copia, en general, en los correos que ella remitía y recibía. También era la encargada de llevar la agenda oficial y estar al tanto su agenda particular para poder coordinar y cuadrar unos eventos y otros, de forma que no se solapasen. También por esa razón, ha esgrimido, estaba en copia en los correos.

También ha explicado que en ocasiones la acompañaba a actos oficiales y, con menor frecuencia, a actos particulares. "Era mi amiga", ha insistido sobre Álvarez, que también estaba a cargo de cuestiones de protocolo e información sobre los actos y las personas que asistían. Gómez ha justificado tenía acceso a gran parte de su correo electrónico porque "si no no podía ejercer sus funciones".

Ayuda "puntual" con correos

En cuanto a su actividad profesional, ha defendido que jamás la ayudó en actividad profesional alguna. "Yo sigo realizando mi trabajo", ha dicho. Sin embargo, ha reconocido que en alguna ocasión le pidió expresamente enviar algún mensaje, pero "de manera esporádica" y por su "relación de confianza". Esos "encargos excepcionales", ha defendido, no afectaron al cumplimiento de sus funciones. El envío de mensajes, ha insistido era "puntual" y por su "relación de amistad".

También ha argumentado que el trabajo de Álvarez era de plena disponibilidad, pues dependía de los actos programados, por lo que -ha dicho- era normal que hubiese jornadas extensas. Gómez, en cualquier caso, se ha mostrado satisfecha con la labor de Álvarez y ha defendido que "ha cumplido perfectamente en el desempeño de sus funciones".

De las cuatro comparecencias que ha tenido Begoña Gómez en los Juzgados de Plaza de Castilla hasta ahora solo ha declarado en dos y en ambos casos únicamente ha contestado las preguntas de su abogado. Álvarez, por su parte, estaba citada a las 11:00 horas, pero se ha acogido a su derecho a no declarar. Ambas han acudido con sus respectivos abogados, Antonio Camacho y José María de Pablo.

Una instrucción errática

El de este miércoles es un episodio más en la errática instrucción que dirige el juez Peinado desde hace más de un año contra la mujer del presidente, una causa en la que ha seguido múltiples vías: desde el rescate a Air Europa a los contratos del empresario Juan Carlos Barrabés, pasando por el software de la Complutense, además de abrir la pieza separada por la contratación de Álvarez en la que también quiso implicar al ministro Félix Bolaños.

La declaración del titular de Presidencia fue particularmente sonada por la tensión: tras reorganizar el espacio dispuesto en Moncloa para la declaración, el juez llegó a recriminarle que sonriera durante la testifical y después intentó imputarle, aunque sin éxito, por malversación y falso testimonio. Bolaños, a su vez, ha presentado dos quejas ante el CGPJ por las irregularidades que, sostiene, ha cometido el magistrado.

Pero la declaración de Bolaños no fue la única visita de Peinado a Moncloa, porque también se las arregló para interrogar al propio Pedro Sánchez allí. Aunque como jefe del Ejecutivo tenía en teoría la posibilidad de declarar por escrito, el juez le hizo testificar como pareja de la investigada para forzar una comparecencia presencial, que no sirvió para nada, porque Sánchez se acogió a la dispensa que tienen todos los ciudadanos de no declarar contra su cónyuge.

A lo largo de la causa, el magistrado además ha llevado a cabo un mismo 'modus operandi' con varios testigos: tomarles declaración para, acto seguido, imputarles, cuando en teoría las declaraciones deben interrumpirse en el momento en el que se aprecian indicios de delito contra quienes declaran. La última decisión polémica del magistrado la conocíamos hace una semana, cuando pidió a Moncloa todos los correos de Begoña Gómez desde 2018. Una petición que su defensa ha recurrido.