Desde el 'pit lane' salía Fernando Alonso. Desde ahí, desde la 19ª posición. Desde ese lugar era, y es, muy complicado pensar en puntuar. Muy complicado por no decir imposible. Sí, imposible para muchos pero no para el asturiano. Porque el bicampeón, con un Aston Martin en el que prácticamente nadie confiaba, se quedó a nada de terminar octavo en EEUU y sumar puntos, valiosos, tanto para él como para su escudería.

Y es que tenía ritmo. A base de velocidad y de presión escaló posiciones. Desde la 19ª a rozar ya los puntos antes de su primera parada. Tras ella, por fin, posición real. Activó el modo 'martillo' y dejó tras de él a coches y a pilotos que parecía que no iba a poder alcanzar desde boxes.

Pero lo hizo. Lo hizo y al hacer su última parada ya estaba décimo. Décimo real. Noveno en cuanto pasó a Yuki Tsunoda como un cohete. El siguiente era Pierre Gasly, y sin duda el francés habría caído en las garras de un Alonso que iba a terminar octavo.

El octavo, de quimera a muy posible

Octavo saliendo desde el garaje. Porque no dejaba de recortar tiempo a Gasly. No dejaba de acercarse al francés. No dejaba de presionarle. Cada vuelta que pasaba era menor la distancia que había entre ambos... hasta que llegó el momento.

Hasta que llegó la radio de Fernando Alonso a Aston Martin. Una que explicaba la razón por la que de tres segundos la diferencia había aumentado a cinco. Que explicaba cómo, de repente, Lance Stroll estaba por delante. Una radio que traía malas noticias.

Más malas noticias en un fin de semana que empezó con fuego. Que prosiguió con caída en la Q1. Sin puntos en el sprint. Que parecía ya no podía ir más hacia abajo tras la noticia de que iba a salir desde boxes. Pero quedaba lo peor.

"Chicos, tengo un problema..."

"Chicos, tengo un problema en la suspensión trasera", dijo Alonso a su equipo cuando restaban menos de diez vueltas para el final en Austin.

Aston Martin, en un comienzo, no vio nada: "No podemos ver nada Fernando".

Pronto cambiaron el discurso: "Observamos un problema en el suelo..."

Adiós en la vuelta 50

Y lo siguiente, en la vuelta 50, fue ver a Fernando poner rumbo a boxes para poner punto y final a su carrera en 2023 en Estados Unidos.

Se quedó tan, tan cerca de los puntos que queda en segundo plano la buena nueva de que el Aston Martin, por fin, compitió en pista. Que, aunque el bajón es evidente, fueron el quinto coche en EEUU. A saber qué habría pasado de no haber tenido tantos obstáculos por delante...