Una piedra en el zapato

Toda la legislatura condicionada por Vox: cómo la ultraderecha ha decidido cada paso del PP en Valencia

Los detalles Carlos Mazón se va, pero deja claro que durante todo su mandato el PP necesitó a Vox para sacar adelante cualquier medida. Desde presupuestos hasta decisiones cotidianas en Les Corts, la ultraderecha ha tenido la llave del gobierno valenciano y Feijóo sigue pagando la factura.

Toda la legislatura condicionada por Vox: cómo la ultraderecha ha decidido cada paso del PP en Valencia

El futuro de la Comunitat Valenciana vuelve a estar en manos de Vox. El candidato que proponga el PP necesitará sí o sí el apoyo de la ultraderecha para ser president, dejando a los populares completamente a merced de lo que decida Santiago Abascal y su partido. Carlos Mazón lo dejó claro: "Apelo a una mayoría viva". Para que el nuevo president salga adelante, deberá contar con la mayoría absoluta en Les Corts, y eso pasa inevitablemente por Vox. Durante toda la legislatura, Mazón ha dependido de sus 13 escaños, y esa relación se ha convertido en la verdadera piedra en el zapato de Feijóo desde el minuto uno.

Para Feijóo, Mazón ha dado "una lección". Según el líder del PP, el president ha sufrido "una cacería política y personal" y ha asumido hasta el final, pero no de la manera correcta. Ni siquiera ha dimitido jurídicamente, limitándose a culpar al Gobierno central y ponerse en el papel de víctima. "Una lección a los que jamás asumen nada", dijo Feijóo, dejando claro que Mazón ha mostrado exactamente cómo no ser un buen president.

Esa dependencia de Vox no es nueva. Tras las autonómicas de 2023, Mazón ignoró la consigna de Feijóo de esperar a las generales antes de firmar acuerdos con la ultraderecha. Poco le importaba que eso pudiera afectar los resultados del PP en las encuestas. En plena precampaña, un documento de 50 puntos abrió las puertas del Consell a Vox y dio a la izquierda la baza perfecta para generar miedo en las urnas.

El desgaste político ha sido enorme. La gestión de la DANA hundió la intención de voto del PP, disparó a Vox hasta casi el sorpasso en Valencia provincia y complicó la estrategia de Feijóo, quien ha visto cómo Mazón usó su nombre para justificar decisiones como no pedir la declaración de emergencia nacional.

Durante la legislatura, Mazón recurría a Vox cuando necesitaba un balón de oxígeno. Lo hizo en marzo, anunciando un acuerdo de presupuestos por el que, para colmo de Feijóo, recibió la felicitación pública de Vox. Génova tuvo que salir a matizar que todo estaba dentro de la línea del partido. Pero la realidad es que la colaboración incluía cesiones en migración, oposición al Pacto Verde y decisiones del día a día en Les Corts. Mazón eliminó el lenguaje inclusivo, cerró comisiones de igualdad y derechos humanos y se comprometió a diferenciar a los migrantes en las estadísticas.

Mazón se ha ido, pero Feijóo sigue pagando la factura. La dependencia del PP respecto a Vox ha marcado toda la legislatura y ahora condiciona el futuro de la Comunitat Valenciana. Sin Vox, no hay gobierno; con Vox, todo está condicionado. Una vez más, la ultraderecha tiene la llave, y la política valenciana lo sabe.

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