Preguntas sin respuesta

Auditorías, comisiones y evaluaciones: los hospitales de gestión privada tienen controles… pero nadie aclara cómo funcionan

Los detalles Después de días de preguntas sin respuesta, la Comunidad reconoce que revisa asistencia, calidad, seguridad y gestión económica, pero mantiene en secreto la forma en que se aplican los controles, quién los supervisa y qué pasa si se detecta algo irregular; los directivos que denunciaron siguen fuera.

Auditorías, comisiones y evaluaciones: los hospitales de gestión privada tienen controles… pero nadie aclara cómo funcionan

Isabel Díaz Ayuso ha hablado por primera vez sobre el escándalo en el hospital público de Torrejón, gestionado por la empresa privada Ribera Salud. Pero no ha dado explicaciones: solo ha condenado. "Cualquier mala práctica será erradicada con contundencia", ha dicho. Punto.

La polémica empezó el miércoles, cuando 'El País' adelantó que el CEO de Ribera Salud pidió alargar las listas de espera para aumentar beneficios. Desde entonces, se sumaron otras denuncias: priorizar a pacientes "rentables" y reutilizar material sanitario de un solo uso.

Hasta ahora, la Comunidad de Madrid asegura que hay controles en estos hospitales: auditorías sobre asistencia, evaluaciones de calidad y seguridad, revisiones de gestión económica… 40 auditorías este año, dicen. Esta semana, tras el escándalo, revisaron los hospitales implicados y, según ellos, no encontraron irregularidades como las denunciadas… y fueron precisamente los directivos que alertaron los que acabaron despedidos.

Pero aquí está el problema: no sabemos cómo funcionan esos controles. La Comunidad y las empresas concesionarias no han explicado nada: ¿Cada cuánto se hacen las auditorías? ¿Son planificadas o aleatorias? ¿Se revisa cada planta, especialidad o todo en general? ¿Se comparan los resultados con la media de otros hospitales o con un baremo fijo? ¿Se toman los datos que da la dirección o se comprueba todo sobre el terreno? ¿Se puede consultar públicamente la última auditoría? ¿Cuántas irregularidades se han encontrado antes? ¿Se sanciona o solo se emite un aviso? ¿Qué comisiones de seguimiento existen y por qué no hay actas del último año?

La sensación es clara: los sistemas de control parecen vagos y opacos, y los ciudadanos no tienen manera de verificar nada. La experiencia de otras comunidades, como Valencia, da todavía más recelo. Allí, los expertos de la Sindicatura alertaron de que los contratos de gestión privada no garantizaban niveles claros de calidad, y la supervisión era limitada. Finalmente, algunos hospitales volvieron a manos públicas, pero solo cuando vencieron los contratos, y antes de hacerlo hubo que planificar indemnizaciones millonarias: en Collado Villalba, se calculó una compensación de 500 millones de euros.

¿Se puede recuperar un hospital antes de que venza el contrato? Sí, pero la administración tendría que indemnizar a la concesionaria, aunque la reversión esté justificada. Y eso son millones de euros.

Hoy, los madrileños siguen sin respuestas: ¿Se forzaron listas de espera en Torrejón para aumentar beneficios? ¿Por qué se despidió a quienes lo denunciaron y no se les ha vuelto a contratar? ¿Se reutilizó material de un solo uso? ¿Existen controles reales en otros hospitales gestionados por empresas privadas? ¿Cómo evitar que esto vuelva a ocurrir?

Ayuso ha hablado. Ha condenado. Pero las preguntas siguen flotando en el aire, y nadie ha dado respuestas claras.

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