Escándalo en Madrid
Las trampas del grupo Ribera: así priorizaban el negocio sobre la salud en el hospital de Torrejón para ganar más dinero
Los detalles La idea base era aumentar las listas de espera para gastar menos en recursos. Recibían el mismo dinero de la Comunidad de Madrid atendieran a 1.000 o a 100.000 personas.

Resumen IA supervisado
Un escándalo ha sacudido la Sanidad de la Comunidad de Madrid, específicamente en el hospital de Torrejón de Ardoz, gestionado por el grupo Ribera. Audios filtrados de Pablo Gallart, CEO del grupo, revelan que se priorizaba el negocio sobre la salud de los pacientes, aumentando las listas de espera para reducir costes en personal y medios. La Comunidad de Madrid paga una cantidad fija por atender a 160,000 ciudadanos, por lo que el hospital ganaba lo mismo atendiendo a menos pacientes. Además, diferenciaban entre pacientes rentables y no rentables, rechazando a los menos lucrativos. El escándalo ha generado tensiones políticas, con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, solicitando una auditoría, mientras Isabel Díaz Ayuso permanece en silencio.
* Resumen supervisado por periodistas.
Escándalo en la Sanidad de la Comunidad de Madrid. Escándalo en el hospital de Torrejón de Ardoz. De un centro sanitario gestionado por el grupo Ribera y que, tal y como han desvelado los audios de Pablo Gallart, su CEO, priorizaban más el negocio que la salud de los pacientes.
El proceso que seguían para conseguir un beneficio mayor estaba claro. La idea base era aumentar las listas de espera porque, al hacer menos pruebas, consultas e intervenciones gastaban menos en personal y en medios. Y no, no ganaban menos por atender a menos personas.
Y es que la Comunidad de Madrid les paga un gasto fijo por los 160.000 ciudadanos a los que debe atender. Si atienden a menos, lo mismo da. Les pagan igual. Reciben el mismo dinero si atienden a 1.000 o a 100.000. Pero, claro está, si atienden a menos pacientes gastan menos.

Sin embargo, no era la única trampa del grupo Ribera. Porque también estaban los llamados "pacientes externos". Los madrileños a los que no les corresponde el hospital de Torrejón de Ardoz pero que aún así lo eligen. Optan por él para, por ejemplo, dar a luz. Son personas que sí generan un ingreso extra.

Eso sí, no todos generaban lo mismo. Diferencian entre los que les interesa atender de los que no. Entre los que son rentables y los que no. Entre los que sí son bienvenidos y los que mandan a otros hospitales. Es la salud convertida en negocio perverso.

"No solo estoy hablando de listas de espera. Seguro que sois capaces de identificar qué actividad nos interesa más hacer. Seguro que estamos haciendo mucha actividad que nos está perjudicando", expresaba en los audios el CEO del grupo Rivera, que ha dimitido de sus funciones en Torrejón una vez se ha destapado el caso.
Porque la prioridad era la de aumentar los beneficios. Era poner el negocio por encima de la salud. Con palabras como "elasticidad". Con términos como "cápita y no cápita". Con un léxico que transmitía a sus empleados y por el que hubo hasta despidos entre los que no estaban de acuerdo con estas prácticas.
Unas que han mostrado el contraste que hay entre el PP nacional y el de la Comunidad de Madrid. Mientras Alberto Núñez Feijóo, líder del partido, ha pedido una auditoría al hospital, Isabel Díaz Ayuso guarda silencio por segundo día consecutivo.
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