Ni uno llevaba un mono rojo, ni otro corría para Red Bull, pero la batalla entre Fernando Alonso y Sebastian Vettel en el arranque del Gran Premio de Austria retrotrajo a muchos una década atrás.

Bicampeón y tetracampeón del mundo de la Fórmula 1, viejos conocidos de la época de las cuatro coronas consecutivas del alemán con el asturiano como su máximo rival, coincidieron en la parte baja de la parrilla, solo por delante de Valtteri Bottas.

Ambos jugaron al gato y al ratón en las primeras vueltas, devolviéndose constantemente los adelantamientos en una batalla que fue muy tensa, pero legal, a diferencia de la que también protagonizó Alonso con Yuki Tsunoda.

Finalmente Fernando, con un Alpine A522 mucho más potente en recta que el Aston Martin de Sebastian Vettel, terminó llevándose el gato al agua y ganando la posición.