Todo ocurrió en el año 2015. George Russell ya apuntaba a ser uno de los pilotos con más futuros del automovilismo. Y en la Fórmula 1 se fijaron en él. Toto Wolff, jefe de Mercedes, se puso manos a la obra.

Pero no salió como él esperaba. Porque en ese primer acercamiento, Russell rechazó la oferta. Algo que no gustó nada a Wolff: "Creo que estás tomando una decisión equivocada. Mantengamos el contacto y veamos cómo va todo".

"Tenía un contrato de BMW sobre la mesa y estaba a punto de firmarlo. De golpe y de repente, recibí una llamada de Gwen Lagrue (asesor de Mercedes) mientras estaba en el baño. Dijo que quería hablar conmigo, y ahí es donde realmente todo empezó", cuenta Russell.

El asesor le advirtió entonces que esta era su única oportunidad de firmar con Mercedes. Tenía 16 años... y finalmente sí aceptó la oferta: "En aquel momento era el mejor campeonato, solo por detrás de la Fórmula 1. Tenía 16 años y de repente había mucho dinero sobre la mesa. Fue impactante. Todo llegó muy de repente".

Por fin, en 2019, Russell aterrizó en la F1 tras deslumbrar en las categorías inferiores. Firmó como piloto de Williams, siempre bajo contrato de Mercedes, y allí demostró que estaba preparado para retos mayores. Sakhir 2020 fue la clave, sustituyendo a Lewis Hamilton, positivo por coronavirus. Tras esa carrera en la que rozó la victoria, quedó claro que su llegada oficial a Mercedes sería pronto.

Y ahora le ha llegado la oportunidad. Si nada se tuerce compartirá box con Hamilton, siete veces campeón del mundo, y conducirá un monoplaza que siempre es favorito a todo. La presión será total para el joven Russell.

Ocupará el lugar de un Valtteri Bottas que ha sido un gran escudero, pero nunca fue candidato a nada más. En las flechas de plata sí ven a Russell con potencial de convertirse en campeón del mundo. Eso se verá a partir de marzo, cuando arranque el campeonato de la Fórmula 1.