A falta de una sola vuelta para terminar el GP de Gran Bretaña los neumáticos dijeron basta. Primero fueron los de Valtteri Bottas, después los de Carlos Sainz... y por último los de Lewis Hamilton, líder de la prueba.

La Fórmula 1 ha hecho oficial las comunicaciones entre el británico y su ingeniero, Peter Bonnington, en el tramo decisivo de la carrera. Primero con la tensión al conocer el pinchazo de su compañero.

"Fallo en la rueda delantera izquierda. Fallo en la rueda delantera izquierda para Valtteri. Puede haber restos de esa rueda por el circuito. Max es el coche de detrás y está a 15 segundos. Verstappen acaba de parar para cambiar neumáticos. Así que parece que va a ir a por la vuelta rápida. No nos vamos a molestar en intentarlo. Una vuelta más. Sólo traelo a casa", le informó 'Bono', como llaman habitualmente a Bonnington.

Y entonces comenzó la pesadilla. "Creo que algo le ha pasado a mi neumático delantero izquierdo también", gritaba Hamilton. Y su ingeniero supo mantener la calma: "Ok. Recibido. Lo mismo de nuevo".

Pero Max Verstappen se acercaba y apenas restaban tres curvas. "Verstappen está a 25 segundos. Ésta es la última vuelta. Tienes 20 segundos de ventaja respecto a Verstappen. Ahora 17 segundos. Ahora 16 segundos. Usa el strat que quieras. Strat 5. Diez segundos respecto a Verstappen. Nueve segundos respecto a Verstappen, siete", le informaba, siempre sin levantar la voz.

Y Hamilton cruzó la meta a tres ruedas, pero no se dio cuenta. "¿Es la última vuelta? No había bandera", preguntaba. "Eso es, compañero. Lo has hecho. Puedes parar el coche", le comentaba 'Bono'.