Una entrevista histórica
"Hablamos con la señora de la limpieza, pero se ve que movió hilos": así contactaron con Antena 3 los boinas verdes fugados en 1994
El 21 de febrero de 1994, 18 boinas verdes que estaban cumpliendo el servicio militar se fugaron cuando solo les quedaban dos meses para terminar la mili. Su intención era denunciar públicamente los malos tratos a los que eran sometidos por sus superiores. Hoy recuerdan en Salvados cómo acudieron a Antena 3 para lograr su objetivo.

El 21 de febrero de 1994, un grupo de 18 boinas verdes destinados en la Compañía de Operaciones Especiales (COE) del cuartel General Asensio de Palma de Mallorca decidió escapar. Apenas les quedaban dos meses de servicio, pero querían poner fin a las palizas y humillaciones que sufrían de manera recurrente por parte de, sobre todo, el alférez y tres cabos primero.
Tres décadas después, cinco de ellos vuelven a dar su testimonio en el programa Salvados en un reencuentro que bien podría considerarse una reunión de amigos de la mili, si no fuera por los duros hechos a los que tuvieron que hacer frente.
Los soldados de reemplazo Burgas, Torres, Membrilla, Matamalas y Gimeno habían superado ya una de las pruebas más exigentes de la instrucción, la de la boina verde, donde, entre otras cosas, les ataron la mano a la espalda, les vendaron los ojos y les tiraron por una escalera. Aunque muchos creían que eso les otorgaba cierto respeto dentro del Ejército, para su desgracia, su situación no mejoró. "De hecho, la decisión de irnos ya fue después de la boina", explica Gimeno en el programa de laSexta.
El plan de fuga
Tras un episodio especialmente traumático en el que llegaron a creer que uno de sus superiores iba a matar de una paliza a uno de sus compañeros y ante el temor de un próximo ejercicio de maniobras con los ánimos tan caldeados, empezaron a trazar su plan.
La fuga, que ellos mismos comparan con una comedia de Pajares y Esteso, apenas tuvo obstáculos. Nadie los detuvo, nadie vigilaba, y en el cuartel ni siquiera advirtieron su ausencia aquella noche.
Lo siguiente era sacar a la luz "la cara oscura de la mili" que ellos habían vivido. ¿Cómo lo harían? La respuesta la encontraron en las Páginas Amarillas. "Decidimos acudir a un medio de comunicación que no fuera TVE, sino que fuera privado, que en este caso, fue Antena 3", relata Membrilla.
Así contactaron con Antena 3
Matamalas y otros dos reclutas salieron a buscar una cabina telefónica. Al ser de madrugada y no haber nadie en las redacciones, su tarea se complicó. A "la quinta o la sexta llamada" respondió fue una trabajadora de la limpieza de Antena 3, que prometió transmitir el mensaje a los periodistas. Y lo hizo.
Poco después, un equipo de Antena 3 llegó al piso en el que se resguardaban. Burgas recuerda que quisieron dejar un mensaje claro: no se trataba de una deserción, sino de denunciar abusos que se mantenían ocultos y tolerados. Torres, por su parte, sintió alivio: "Supe que esto no iba a quedar en el Ejército, que se le iba a dar luz".
El momento más inquietante llegó cuando se apagaron las cámaras. "El cámara nos preguntó: '¿Vosotros estáis seguros de lo que vais a hacer? Esto es un bombazo'", relata Gimeno, que entonces empezó a ser consciente de la magnitud del paso que daban.
Finalmente, los 18 decidieron entregarse, pero no solos: lo hicieron acompañados de las cámaras. "Si no nos entregábamos, íbamos a ser personas fugadas. A la base no podíamos volver. Había que denunciar el caso", explica Torres.
Aquel reportaje cumplió "con creces" con todo lo que esperaban. De hecho, aún hoy se sorprenden de la repercusión que tuvo.
*Ya disponible el programa completo de Salvados: la gran fuga en atresplayer.com