"La violencia no lleva nada"

El sentimiento de culpa de Matamalas, el soldado independentista, por convertirse en "un cabrón" cuando llegó a cabo: "Di un puñetazo a un soldado"

Matamalas, el soldado independentista catalán que eligió hacer la mili en la COE para "meterse con el enemigo" y que le enseñara, reconoce en Salvados que cruzó una línea cuando le ascendieron a cabo. Ahí fue cuando aprendió que ningún fin justifica el uso de la violencia.

El sentimiento de culpa de Matamalas, el soldado independentista, por convertirse en "un cabrón" cuando llegó a cabo: "Di un puñetazo a un soldado"

Andreu Matamalas Fons era un chaval cuando se vio ante la obligación de hacer el servicio militar. Era el año 1994 y decidió escoger un destino a sabiendas de que iba a ser el más complicado y exigente, la COE (Compañía de Operaciones Especiales), más conocido en España como 'los boinas verdes'.

"Yo tengo unas ideas políticas y en ese tiempo también las tenía. Soy independentista. Con 18 años, yo tenía en mente que justificaba la violencia para conseguir la independencia. Por tanto, inteligente que era, dije: 'Pues yo me meto en el enemigo, que me enseñe, por si acaso, algún día...', confiesa en los primeros minutos de este reencuentro que presencian las cámaras de Salvados.

Él formó parte además de los 18 reclutas que decidieron fugarse del cuartel y denunciar ante los medios de comunicación los malos tratos y abusos a los que había sido sometidos por parte de sus altos mandos, entre ellos, el alférez y tres cabos primero. Cinco de ellos cuentan hoy su historia en este programa de laSexta.

El mal sabor de boca de Matamalas

Pero Matamalas había ideado una táctica perfecta para no convertirse en el blanco de los golpes y patadas de sus superiores. Su estrategia era pasar desapercibido, aunque es una de las cosas que, tres décadas más tarde, le sigue torturando. "Tengo mal sabor de boca de eso: yo vivía eso y no cambiaba absolutamente nada ni hacía nada. Yo creo que en ese momento no me planteaba absolutamente hacer nada", reconoce tras el relato de una agresión a la que fue sometido uno de sus compañeros. Al final, lamenta, acabó normalizando la violencia.

"Si tú lo veías a él que no podía e ibas a ayudarle, no pasabas desapercibido. Yo creo que fui muy egoísta y ese egoísmo me llevó a ser de los que recibió menos", confiesa con amargura. "No tengo recuerdo de haber sufrido en primera persona el maltrato físico. El psicológico, sí", añade.

Cómo le ascendieron a cabo

A día de hoy no consigue explicarse el motivo por el que llegó a cabo y, aunque sus compañeros presentes en esta entrevista afirman que no consideran que se convirtiese en "un cabrón", él sí que tiene una espina clavada por su cambio de comportamiento tras el ascenso.

"Tengo un recuerdo muy concreto" dice, y se tiene que aclarar la voz para continuar con su relato. "Creo que era una formación una manaña que no había cabos primero, que yo sería el encargado. Dije 'firmes' y no me hicieron mucho caso. Y yo le pegué un puñetazo al que estaba delante", rememora. "En ese mismo momento, me di cuenta que lo que veíamos como algo normal no era normal", asegura.

"Anteriormente he dicho que podía justificar la violencia para conseguir fines políticos y yo creo que, en ese momento concreto y preciso, vi que la violencia no lleva a ningún sitio, solo a más violencia", reflexiona. Aún hoy se sienta culpable por aquello.

*Ya disponible el programa completo de Salvados: la gran fuga en atresplayer.com