Nadie se atreve con Israel

Israel intocable pese a la masacre: nadie lo expulsa de pactos, organismos ni competiciones

La otra cara
Mientras la comunidad internacional sanciona a países como Rusia, permite que Israel continúe bombardeando Gaza sin consecuencias, protegido por intereses estratégicos y aceptado en todos los foros globales.

Israel intocable pese a la masacre: nadie lo expulsa de pactos, organismos ni competiciones

El informe, que documenta la muerte de 53.000 palestinos en Gaza —entre ellos casi 1.000 bebés en solo las primeras 18 páginas— es una prueba brutal de la masacre que Israel está perpetrando desde el 7 de octubre de 2023. Pero mientras mueren miles de civiles inocentes, la comunidad internacional no solo mira para otro lado, sino que mantiene a Israel en todos los espacios internacionales, sin sanciones ni consecuencias reales.

En los últimos 17 meses, más de 53.000 palestinos han sido asesinados por el ejército de Netanyahu. Casi 6.000 de ellos son niños menores de cinco años, según datos oficiales del Ministerio de Salud palestino controlado por Hamás. La ONU alerta que si sigue el bloqueo de la ayuda humanitaria en Gaza, podrían morir hasta 14.000 niños más en apenas 48 horas. Y aun así, la Unión Europea no logra reunir la mayoría para suspender los acuerdos políticos y económicos con Israel, pese a la insistencia de España desde febrero de 2024.

Israel no solo sigue siendo miembro activo de organismos internacionales fundamentales. Forma parte de la Organización Mundial del Comercio, la Unión por el Mediterráneo y hasta febrero de 2024 estuvo enel Consejo de Derechos Humanos de la ONU, sin que se le expulsara ni se tomaran medidas serias a pesar de las evidentes violaciones de derechos humanos. Otros países, como Libia o Rusia, sí fueron sancionados y suspendidos, pero Israel sigue intocable.

Y no solo eso. Israel es quien abandona organismos cuando no le conviene el trato que recibe, demostrando quién manda en esta partida. En lugar de ser aislado, controla gran parte del tablero internacional.

En el mundo del deporte, la situación es igualmente escandalosa. Israel sigue compitiendo sin problemas en la UEFA, la FIFA y la Euroliga, sin que se impongan sanciones. Rusia, que invadió Ucrania, fue expulsada inmediatamente de estas competiciones. Israel tampoco fue expulsada de los Juegos Olímpicos ni de los Paralímpicos, en los que participó en 2024, sin que ningún organismo cuestionara su presencia, a pesar de las múltiples peticiones en el Parlamento Europeo para que se le sancionara.

Mientras tanto, Israel promociona el turismo y la cultura con total normalidad. En la última edición de FITUR, celebrada en España, tuvo un stand promocionando el Jubileo de 2025, como si no se estuviera cometiendo una matanza a pocos kilómetros.

Esta impunidad no es casualidad. La diplomacia internacional y los intereses geopolíticos permiten queIsrael actúe con total libertad, sin temor a ser aislado ni castigado. Las grandes potencias, por razones estratégicas y económicas, prefieren protegerlo antes que defender los derechos humanos de la población palestina.

La realidad es cruda: miles de inocentes mueren cada día bajo los bombardeos y el bloqueo, pero Israel sigue intocable en el escenario internacional. Nadie tiene el valor real de aplicar sanciones, suspender acuerdos o expulsar a Israel de organismos y competiciones. Al contrario, Israel decide cuándo y cómo quiere abandonar esos espacios si no recibe el trato que demanda.

La tragedia humanitaria en Gaza sigue creciendo, mientras el mundo se queda de brazos cruzados, permitiendo que esta barbarie continúe sin castigo.