Segundo puesto en el festival
La mano de Israel en Eurovisión: así usa el festival como campaña de propaganda extrema
El contexto Tras ganar Eurovision en 2018, Netanyahu se dio cuenta del potencial del festival y quiso explotarlo al máximo, convirtiéndolo casi en una cuestión de Estado.

Resumen IA supervisado
Israel ha convertido Eurovisión en una herramienta de propaganda, utilizando todos los medios a su alcance para movilizar apoyo y lograr victorias, al tiempo que aprovecha para atacar a quienes exponen sus crímenes. En los últimos dos años, ha sido el país con mayor apoyo del público, algo inusual ya que solo lo había conseguido en 2018. Netanyahu identificó el potencial del festival y lo convirtió en una cuestión de Estado. A pesar de las polémicas y las denuncias, Israel ha logrado impulsar el televoto a su favor mediante campañas masivas. Este año, sin mensajes políticos en la letra, su representante, Yuval Raphael, simboliza el mensaje tras sufrir atentados de Hamás. Netanyahu celebra esto como un triunfo personal, en un festival patrocinado por una marca de cosméticos israelí.
* Resumen supervisado por periodistas.
Si algo sabe Israel es cómo politizar Eurovisión y convertirlo en una campaña de propaganda extrema. Utiliza todos los medios posibles para movilizar el apoyo y conseguir la victoria y ya de paso saldar cuentas y asestar golpes a quien considera el enemigo por exponer sus crímenes.
Sin ir más lejos, Israel lleva dos años consecutivos como el país con mayor apoyo del público, una extraña situación para la candidatura israelí. Hasta ahora, en los últimos 20 años, con este sistema, solo lo había conseguido una vez, cuando ganaron en 2018.
Fue ahí cuando Netanyahu se dio cuenta del potencial del festival y quiso explotarlo al máximo, convirtiéndolo casi en una cuestión de Estado. Su participación en la anterior edición, con la masacre de Gaza ya en marcha, fue especialmente polémica.
En varias ocasiones, la organización del festival obligó a cambiar la letra de la canción israelí, con varias referencias a los atentados de Hamás el 7 de octubre. "Todavía estoy luchando desde esa lluvia de octubre", decía en el tema original, October Rain, lluvia de octubre, que acabó convirtiéndose en 'Hurricane', ya sin mensajes políticos evidentes pero con un festival manchado por las continuas injerencias por parte del Gobierno Israelí y sus campañas.
A pesar de las denuncias y los amagos con retirarse de otros países, Israel se llevó un televoto que, reconocieron, habían impulsado. Este año, de nuevo, han realizado campañas masivas financiadas hasta en Time Square, en Nueva York. Israel ha recibido la máxima puntuación de los no participantes.
Maniobrando para no poder ser sancionados, este año no ha habido mensaje en la letra, el mensaje directamente ha sido su representante, Yuval Raphael, que sufrió los atentados de Hamás.
De nuevo, Netanyahu lo celebra como una victoria propia. Todo en un festival cuyo patrocinador principal es, desde hace cinco años, una marca de cosméticos de origen israelí.