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La "peculiar" relación del falso obispo Pablo de Rojas con sus vecinos: "Te bendecía sin mediar palabra"
Una vecina del falso obispo cuenta cómo era antes de confinarse con las exmonjas de Belorado, mientras que un fotógrafo relata el momento en el que tomó fotografías. "Se le veía con aires de grandeza. Yo notaba un ambiente como de sumisión", dice.

Pablo de Rojas saltó a la palestra mediática el año pasado por su encierro con las ya exmonjas de Belorado. El falso obispo, que se alzó como voz oficial de las clarisas díscolas, llevaba muchos años operando en Bilbao, donde algunos de sus vecinos e incluso un fotógrafo cuentan a Equipo de Investigación cómo era años antes de que recalara en el convento de las religiosas.
Borja Agudo, el fotógrafo que tomó imágenes del piso de Rojas 16 años antes de convertirse en una de las principales caras del cisma más famoso de la Iglesia, asegura que su casa "era como estar en un portal temporal de 2008 a 1950". Al entrar, le llamó la atención que les abriera la puerta la doncella del falso obispo, que llevaba cofia y que en su despacho tenía un lugar privilegiado para un retrato de Franco.
"Se le veía con aires de grandeza. Yo notaba como un ambiente como de sumisión", añade sobre Pablo de Rojas.
No es el único que relata la peculiar vida de Rojas. Según una vecina de su edificio, el falso obispo, que tenía su vivienda en una de las zonas más adineradas de la capital vizcaína, saludaba a unos sí y a otros no. Además, desvela que, si te lo encontrabas por las escaleras, te "bendecía sin mediar palabra".
*El contenido al que hace referencia la información forma parte de un programa de Equipo de Investigación de 2024.