Migajas por salvar vidas y montes

Poco más de dos euros por jugarse la vida apagando incendios por la noche: la precariedad insultante de los bomberos en Castilla y León

Los detalles Aunque el presidente Mañueco defienda que los efectivos de extinción en la región que dirige "tienen mejores condiciones", los convenios y la realidad señalan todo lo contrario.

Poco más de dos euros por jugarse la vida apagando incendios por la noche: la precariedad insultante de los bomberos en Castilla y León
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Hasta 20 horas de trabajo seguidas, un bocadillo de tortilla para todo una jornada o dormir al raso en una colchoneta. Son las pésimas condiciones en las que trabajan muchos de los bomberos que se están jugando la vida para extinguir los fuegos que asolan España. Hay más. Poco más de dos euros es lo que cobran como plus de peligrosidad. En definitiva, migajas para ser quienes salvan cada año nuestros montes y nuestras vidas.

Todos ellos llevan a sus espaldas jornadas imposibles luchando contra virulentos incendios. "Compañeros que están haciendo jornadas de 16 horas cuando el máximo legal son 12. Y que en casos extremos hasta 21 horas", denuncia Sergio Fidalgo, bombero forestal.

También encadenan varios días seguidos durmiendo apenas seis horas y en condiciones lamentables: están exhaustos. En ese sentido, Fidalgo asegura que sus "compañeros están durmiendo en pabellones en el suelo, en casetas de agentas medioambientales, tirados sin esterilla".

Y al mal sueño, se suma un avituallamiento que califican de irrisorio para el enorme esfuerzo físico que realizan que, en ocasiones, se reduce a "una simple lata de sardinas y un trozo de pan", asegura Rafael Fernández, también bombero forestal. Una situación que Fidalgo admite poder "llegar a entender el primer día, pero lo que no puede ser es que el cuarto día haya compañeros que se tiren jornadas de 12 horas sin comer y sin beber".

Un dispositivo que organiza cada comunidad autónoma, siendo estas de las que depende la logística para alojarlos y mantenerlos. Algo que sucede en "condiciones a nivel global muy muy precarias", enfatiza Fernández en declaraciones a 'Espejo Público'.

Y por si soportar la crudeza de su trabajo fuese poco, ahora también tienen que escuchar frases que escuecen de quienes mandan. "El convenio colectivo de Castilla y León tiene mejores condiciones. Estamos hablando de entre 1.800 y 2.000 euros", aseguraba hace unas horas el presidente de la Junta castellanoleonesa, Alfonso Fernández Mañueco.

Unos datos que los mismos bomberos forestales niegan en primera persona: "La gran mayoría de empresas tenemos salario mínimo más una serie de pluses de peligrosidad que únicamente se nos da en las labores de extinción", explica a laSexta Fidalgo. Cuestión que se confirma mirando los papeles.

En aquellos correspondientes a Castilla y León, se observa como el salario bruto anual de un capataz es de 18.000 euros, mientras que el de un peón no llega ni a 16.500. Cifras indignantes que van más al cotejar los pluses. Y es que por jugarse la vida delante del fuego y por la noche, únicamente perciben 2,20 euros por hora efectiva. Otro dato: cada cuadrilla la conforman 10 personas de las cuales trabajan seis peones y un capataz.