Un estudio del British Medical Journal concluye que uno de cada siete niños continúa con síntomas 15 semanas después de infectarse por coronavirus, un dato que nos acerca más a la realidad de niños y adolescentes como la que aparece en el vídeo, cuyo caso saltó a la luz por sus constantes taquicardias a raíz del coronavirus. Tras contagiarse de COVID-19, la tos, los dolores de cabeza y los problemas musculares no desaparecieron.

Por este motivo, ahora se pone el foco en este problema. Y es que aunque la mayoría de los niños pasan la enfermedad de manera leve o asintomática, el COVID persistente también puede afectarles. "Se ha demostrado que incluso en ausencia de síntomas en la infección inicial, muchos de estos niños acaban desarrollando síntomas que persisten en el tiempo", afirma Quique Bassat, epidemiólogo y pediatra.

Entre los síntomas más comunes se encuentra "la fatiga y la tos persistente", tal y como señala Bassat, además del dolor de cabeza. En su estudio, British Medical Journal analizó 220.000 casos, de los que alrededor del 30% de entre 11 y 17 años notificaron tres o más síntomas.

Y aunque todavía faltan datos, los expertos continúan buscando posibles soluciones, y destacando la importancia de la vacuna frente al COVID-19: "La vacunación de personas que están en pleno COVID persistente ayuda a aligerar los síntomas", destaca Quique Bassat. En España, los niños de entre 12 y 19 años que ya han recibido la pauta completa ascienden a más de dos millones.