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España, en llamas: decenas de incendios simultáneos, miles de evacuados y confinados

Atrapado por las llamas

La trágica muerte de Abel, el joven vecino que perdió la vida por ayudar en la lucha contra el fuego

El contexto Los efectivos profesionales no dan abasto y muchos ciudadanos, entre la desesperación y la impotencia, se lanzan a luchar contra las llamas. Es lo que hizo Abel con su desbrozadora, pero el fuego le cercó. Perdió la vida por intentar proteger su pueblo.

Abel, fallecido cuando trataba de frenar el avance de las llamas

Abel Ramos tenía 35 años. El martes, perdió la vida cuando intentaba proteger su pueblo del fuego. El joven había acudido a ayudar con una desbrozadora cuando quedó atrapado por las llamas en la carretera de Nogarejas, uno de los pueblos afectados del sur de León por el incendioiniciado en la localidad de Molezuelas de la Carballeda, en Zamora.

Abel trataba de evitar que el fuego siguiera ganando terreno trabajando con una desbrozadora. Era vicepresidente del Motoclub Bañezano y conocido por su implicación en el mundo del motociclismo.

En un primer momento, el consejero de Medio Ambiente de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, indicó que Abel estaba integrado en el operativo de extinción de incendios, pero el miércoles el presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, aclaró que el joven actuó por su cuenta, fuera del operativo oficial.

En declaraciones citadas por Efe, Fernández Mañueco precisó que el fallecido intentaba defender uno de los municipios del fuego cuando le alcanzó a él y a otro hombre que lo acompañaba, que resultó herido de gravedad y finalmente ha fallecido también en la madrugada de este jueves en el hospital.

"Intentaban con la mejor de sus voluntades defender su municipio" y el fuego, que en ocasiones es "traicionero, se revolvió contra ellos y les alcanzó", explicó Mañueco. Según el dirigente autonómico, los fallecidos no realizaban labores directas de extinción de incendios, que solo efectúan los profesionales de la Junta, del Miteco o la UME, sino "labores de auxilio".

Como ellos, muchos ciudadanos se lanzan a luchar contra las llamas ante la falta de efectivos profesionales suficientes para atender la extensión de la oleada de incendios que sola la Península estos días. La desesperación hace que traten, como sea, de salvar su tierra, ya sea con tractores, o enfrentándose directamente al fuego con mangueras o cadenas humanas.

Tratan de ayudar con la mejor intención posible, pero es importante que lo hagan siempre bajo la supervisión de los equipos profesionales, porque el fuego es extremadamente peligroso y puede cercarles en un abrir y cerrar de ojos. Se la juegan para evitar que el fuego avance y se lleve toda su vida por delante.