Casi 62.000 asesinados
Bombardeos a niños en las escuelas, ataques a centros de ayuda y muertes por hambre: así acaba Israel con la vida en Gaza
Los detalles Desde que se aprobara el plan de ocupación de Netanyahu, los ataques israelíes se han multiplicado tanto en número como en dureza bajo la excusa de acabar con lo que llaman último bastión de Hamás.

Resumen IA supervisado
La situación en Gaza se agrava mientras Israel continúa con sus ataques, utilizando diversos métodos para acabar con la vida de civiles inocentes, incluyendo el hambre como arma. La población sufre una severa escasez de alimentos y agua, y los centros de ayuda se han convertido en zonas peligrosas donde decenas mueren diariamente intentando conseguir comida. La falta de compasión es evidente, con 16.000 personas esperando evacuación médica y 600 muertos por la espera. La intensificación de los bombardeos busca facilitar una incursión terrestre, mientras se intenta silenciar a la prensa, habiendo muerto 237 periodistas desde el inicio del conflicto. Desde el comienzo de la guerra, el 7 de octubre de 2023, han fallecido al menos 61.827 gazatíes, según el Ministerio de Salud del enclave.
* Resumen supervisado por periodistas.
Israel sigue masacrando Gaza. Sigue usando cualquier arma, cualquier método, para acabar con la vida de civiles inocentes. Balas, bombas... y hambre. Cada vez más hambre. Cada vez más sufrimiento en el enclave por no tener nada que comer. Por buscar qué comer. Por jugarse la vida yendo a esos centros de ayuda que los israelíes han convertido en campos de tiro.
En los que día a día mueren decenas de personas que tan solo quieren alimento. Que quieren evitar morir de hambre. Porque Israel no da tregua. Porque no para. Porque, en plena ola de calor en Gaza, los gazatíes o tienen ni comida ni agua. El número de muertos por inanición no para de crecer y ya son 240 las personas que han perdido la vida por la hambruna.
Por esa forma que Israel está utilizando para acabar con la vida en Gaza. No hay compasión. No hay miramientos. Da igual que estén heridos. Da igual que necesiten tratamiento médico. Son 16.000 los que esperan que los israelíes permitan su evacuación para recibir atención. Son 600 los que han muerto por esperar.
Les da lo mismo, incluso, que sean niños. El dolor de un familiar al ver que quien yace en el suelo es su sobrino. Les da lo mismo tirotear escuelas o tiendas de campaña en donde hay menores que reciben impactos de metralla mientras caminan.
Desde que se aprobase el plan de Benjamin Netanyahu de ocupar la ciudad de Gaza, Israel ha intensificado los bombardeos para facilitar la inminente incursión terrestre. Y si eso supone arrasar una de las zonas más pobladas de la Franja, con ese pretexto de acabar con lo que llaman el último bastión de Hamás, lo hacen sin pensar.
Y para evitar o tratar de evitar que el mundo sepa lo que pasa, Israel ha matado desde el comienzo de sus ataques a Gaza a un total de 237 periodistas. Hay incluso una unidad especial del ejército israelí que tiene la tarea de desprestigiar a los reporteros. De afirmar de ellos que son combatientes encubiertos de Hamás. Así pasó cuando mataron a Anas al-Sharif, destacado periodista de Al Jazeera, de quien dijeron que lideraba una de las cúpulas de la organización.
Desde el comienzo de la guerra, el 7 de octubre de 2023, Israel ha matado al menos a 61.827 gazatíes, según los datos compilados por el Ministerio de Salud del enclave, controlado por el Gobierno del grupo islamista Hamás.