Lando Norris ha protagonizaco el momento más esperpéntico del Gran Premio de Hungría. Una vez concluída la ceremonia de entrega de trofeos, el piloto de McLaren procedía a descorchar la botella de champán, y lo hizo, como es costumbre en él, golpeando la botella contra el cajón.

Lo que no vio es que el trofeo de Max Verstappen estaba en el borde del podio, por lo que al golpear el escalón, cayó al suelo y se hizo pedazos, ya que los trofeos en Hungría están hechos de porcelana.

Al darse cuenta del destrozo, Norris y Verstappen se miraron y empezaron a reírse, dejando un momento que rápidamente se ha hecho viral en las redes sociales y que ha provocado las bromas tanto de Red Bull como de McLaren.