Menudo bajón está siendo este momento de la temporada de Aston Martin. Después de un comienzo más que prometedor, en el que incluso pelearon con Red Bully en el que vimos a Fernando Alonso plantarle cara a Max Verstappen en Mónaco y en Canadá, el AMR23 prácticamente no ha evolucionado lo más mínimo en una batalla que han perdido con respecto a sus rivales.

En un duelo en el que ya no están y casi que ni se les espera. Tras ver cómoFerrari y Mercedes les adelantaban, y posteriormente McLaren, ahora es AlphaTauri el equipo que está llegando a donde están los de Silverstone.

En Japón, mismamente, bastante hizo Fernando Alonso en Q3. Bastante hizo llegando, y bastante hizo al llevar a meta un coche muy complicado que no hacía más que darle trallazos.

Salvo Países Bajos...

Lo de Singapur parece que puede volver a repetirse. Y lo de Italia. Y lo de Austria. Y lo de Reino Unido. Parece que puede volver a repetirse en una pista, la de Suzuka, en el que queda más que patente lo que ha sucedido con Aston Martin.

Nos vamos al pasado año. Nos vamos también a Bahrein 2023. Sí, el lugar donde comenzó el sueño. En Sakhir, con respecto a 2022, el Aston Martin mejoró, ojo, 2,4 segundos su crono con respecto al de 2022.

Una salvajada. Algo que parecía imposible. Por lo que nadie daba ni un duro. Sí, eso fue lo que sucedió. Tal fue que parecía que los milagros existen en F1.

Eran los que marcaban el paso de McLaren, por ejemplo. Incluso de Mercedes. Todos querían ser Aston Martin. Pero, a diferencia de los de verde, el resto fue hacia adelante.

De los 2,5 segundos... a los 0,089

Los de Silverstone se han quedado estancados. Volvemos a los datos. Japón 2022. El mejor tiempo, 1:30.554. En 2023, el Aston Martin ha parado el crono en un 1:30.465.

Básicamente, la mejora del AMR23 con respecto al monoplaza del pasado año ha sido de, ojo, 89 milésimas.

Se ha pasado de los casi 2,5 de Bahrein a los 0,089. Ese es el balance de Aston Martin. De un equipo que no ha podido seguir el ritmo de mejoras de las grandes marcas de la F1. Y por eso se han quedado donde se han quedado.