Fernando Alonso dejó a todos con la boca abierta por su actuación en el Gran Premio de Bahrein. Remontó desde la séptima plaza, puesto al que cayó en la salida, hasta el podio por detrás de los Red Bull de Max Verstappen y Sergio Pérez.

El adelantamiento del asturiano a Lewis Hamilton en la curva 10, un lugar casi imposible, ha sido la imagen del fin de semana.

No es que Alonso haya vuelto, es que nunca se fue. A sus 41 años sigue tan en forma como en los años en los que luchó por el mundial de Fórmula 1 con Renault y con Ferrari.

Primera carrera con Aston Martin y primer podio para él. Y este proyecto acaba de empezar. Todos en el equipo han incidido en que esta es la base del coche y que quedan muchas mejoras por llegar en las próximas carreras de la competición.

Red Bull parece en estos momentos inalcanzable. La superioridad de sus dos pilotos fue total en Bahrein, dejando a Alonso a más de 30 segundos al cruzar la línea de meta.

Todo hace indicar que Verstappen conquistará su tercer mundial consecutivo. Pero el mundial es muy largo. Y con Fernando Alonso al volante de un coche competitivo todo es posible.