Casi por primera vez en lo que va de temporada de Fórmula 1, la diosa Fortuna se alió con Fernando Alonso en los compases finales del Gran Premio de Brasil... pero no si que antes Alpine hubiera cometido un nuevo fallo con el bicampeón del mundo.

Tras partir desde el decimoséptimo lugar con neumáticos medios y detrás de su compañero, Esteban Ocon, la idea del asturiano era trazar una estrategia a tres paradas que arrancó muy pronto.

En la vuelta 15, Fernando entró a boxes y completó un 'undercut' de manual sobre los pilotos de la zona media. Ya en el giro 36, con gran parte del trabajo hecho y habiendo superado a sus rivales más directos, Alpine entró en acción.

Hasta 10 segundos perdió Alonso en un grosero 'pit-stop' en el que tuvo que incluso frenar para ceder el paso a Alexander Albon.

La carrera volvía a ponerse, un domingo más, muy cuesta arriba, pero el ovetense no se dio por vencido, activó el 'modo killer' y, gracias a un virtual safety car en el tramo final, partió con ventaja en la relanzada.

A falta de 12 vueltas, el piloto español contaba con neumáticos blandos prácticamente nuevos, lo que le confirió una ventaja sobre sus rivales y pudo adelantar a Sebastian Vettel, Esteban Ocon, Valtteri Bottas y 'Checo' Pérez, quedándose a poco más de un segundo de Charles Leclerc.

Tras la bandera a cuadros y certificado el quinto puesto, lejos de recordar al equipo la nefasta parada, se mostró "orgulloso" del trabajo de los de Enstone. "Perfecta ejecución por tu parte", le replicó su ingeniero, consciente de que no habían completado, una vez más, el mejor domingo posible.