Menos mal que la Fórmula 1 es aburrida. Menos mal que provoca bostezos y que apenas hay emoción. Menos mal... menos mal que no es así. Que no ha sido así en el GP de Austria. Emocionante carrera, desde el comienzo hasta más allá del final, la vivida sobre el trazado de Spielberg. Max Verstappen ha cruzado primero la bandera a cuadros, algo que ha sido corroborado por los comisarios tras revisar una discutida acción con Leclerc.

Ambos lucharon. Ambos pelearon. ambos nos dejaron la primera de a buen seguro muchas batallas. Y eso que parecía que no iba a ser así. Primero y segundo eran al comienzo, y primero y segundo llegaron a pesar de que el de Red Bull hizo una de las peores salidas de esta temporada de F1. Se quedó clavado su coche, y le adelantaron tantos que cayó hasta el séptimo lugar. Desde ahí comenzó la remontada.

Una remontada en pista en la que se quitó de en medio a todos en base de su gran ritmo y de adelantamientos. Parecía que no iba a llegar, pero llegó. Llegó con unas últimas diez vueltas sublimes en las que dejó claro que el Ferrari de Leclerc no tenía para más. Se vieron en pista...

Y la victoria fue para Max Verstappen. Todo pudo cambiar, pues se investigó durante más de tres horas su adelantamiento a Charles Leclerc. ¿Le dejó suficiente espacio o no? ¿Levantó Leclerc? ¿O podía haberlo hecho Verstappen? Rueda a rueda, se tocaron, y ni uno ni otro tuvo daños mayores en sus monoplazas.

Y eso que los alerones delanteros sufrieron lo suyo. Que se lo digan a Hamilton. Y que se lo digan a Carlos Sainz también, que iba como un cohete con gomas duras y que incluso llegó a soñar con ser sexto. Fue octavo, algo que cobra mucho más valor si se tiene en cuenta que salió último. Este McLaren corre. Corre bastante. Y de no haber sido por la penalización el sexto estaba asegurado. O el séptimo, porque Norris también jugaba.

El madrileño estuvo excelso, pero los daños en su alerón delantero hicieron que tuviera que guardar la ropa con Kimi Raikkonen. Con todo, parece que en este tramo de temporada en Woking han hecho bien su trabajo y en Francia y en Austria han tenido el cuarto coche de la parrilla.

Así pues todo quedó en manos de los comisarios. Finalmente, no hubo sanción para Verstappen y pudo dar a Honda un triunfo que no tenía desde Hungría 2006.