El tercer episodio de 'Una vida Bárbara' titulado 'Bárbara y Ángel' arranca en 1979 y cuenta como la actriz Bárbara Rey, que se encontraba triunfando con un espectáculo el el Lido, conoce al domador Ángel Cristo y se enamora después de haber tenido un fugaz romance con Paquirri.

Después de dos meses de noviazgo, la artista decide dejarlo todo para casarse con el empresario del mundo del circo. El rey con el que Bárbara había mantenido una relación le envió un detalle, tal y como recuerda la actriz: "Su regalo fue el brillante metido en una cosa lacrada del estudio gemológico".

Era el mismo brillante que años antes la actriz había comprado a muy buen precio y que en un momento de necesidad se lo había vendido al rey por 4 millones, cuando su valor real era de 12. La actriz reconoce que fue un regalo oportuno porque volvió a utilizarlo en malos momentos. "Me vino bien que lo devolviera porque en momentos difíciles de mi vida lo vendí".

Bárbara Rey no volvió a tener relación con el rey o con ningún otro hombre mientras estuvo casada porque como ella misma relata "si lo hubiera hecho, hubiera dejado este mundo mucho antes que Ángel Cristo". Aún así, su marido se mostró como un hombre inseguro y celoso desde el día siguiente de la boda y nunca confió en ella, cuando el infiel de la relación era él.