'Amores Bárbaros', el segundo episodio de la serie documental sobre Bárbara Rey, repasa los detalles de la relación clandestina que la actriz mantuvo con el Rey Juan Carlos, que se convirtió en un secreto a voces en algunos cículos y de la que la vedette -según insinúa- salió perjudicada.

La primera vez que recibió la llamada del rey, la actriz pensó que se trataba de una broma. Era 1977 y fue una amiga la que le dijo que la había llamado varias veces mientras no estaba, pero ella no le daba crédito. De hecho, la primera vez que le cogió el teléfono le "mandó a la mierda" y le dijo de todo pensando que no era verdad. Para demostrarlo, él le dio un teléfono y le dijo que llamara y preguntara por el rey y fue así como comenzaron a hablar por teléfono. Cuando él la llamaba, según cuenta José Manuel Parada que le cogió el teléfono en alguna ocasión, decía que era Juan Sumer, un pseudónimo que viene de unir las iniciales de SU Majestad El Rey.

"Las cosas llegan a una situación que hay una relación y cómo le voy a llamar Juan, Juanito, cariño o mi amor"

Bárbara Rey, en 'Una vida Bárbara'

En su primera visita al Palacio de la Zarzuela para conocerse en persona, Bárbara Rey recuerda que apenas respiró hasta que llegó y Sabino Fernández Campos le acompañó al despacho. "Ahí fue cuando le conocí y el corazón no se me salió por la boca de milagro. Fue una impresión tremenda el verle", explica. Y añade que ni siquiera sabía cómo dirigirse a él.

Poco a poco irán teniendo más confianza y después de muchas llamadas y del primer encuentro siguieron viéndose y así fue como comenzaron una relación más íntima. Se veían, según relata la actriz, en una casa de campo de Franco "que tenía unas camas de mierda". "Las cosas llegan a una situación que hay una relación y cómo le voy a llamar Juan, Juanito, cariño o mi amor", justifica la actriz. Y aclara que no era cuestión de decirle: "Majestad, hoy lo estamos pasando muy bien".

Era una relación complicada desde el inicio y ella lo sabía, pero aún así se enamoró. De todas formas, como aclaran las periodistas Luz Sánchez-Mellado, Chelo García-Cortés o Juan Luis Galiacho que quien tenía la responsabilidad era él por estar casado y por ser Jefe del Estado. Ella era una mujer soltera que no tenía que dar explicaciones.

A la larga, Bárbara Rey explica que la relación con el rey lejos de beneficiarla, fue un obstáculo en su carrera y le penalizó de la misma manera que lo hizo la decisión que tomó de prestar su imagen a la UCD, el partido de Suárez. "Me empezaron a poner vetos, quién lo hacía no lo sé. Creo que era alguien muy cercano a él", asegura. Empezaron a cancelarle proyectos y su primera decepción le llegó cuando pidió ayuda a Don Juan Carlos. Ante la falta de proyectos, Bárbara Rey volvió a hacer espectáculos de revista en Barcelona. Su situación no era buena, pero se puso peor cuando tuvo que responsabilizarse de los problemas económicos de su familia. "El rey sabía la situación en la que yo me encontraba y nunca movió un dedo", asegura.

Finalmente, ya en 1979 ella tuvo que deshacerse de algunas de sus posesiones más preciadas y una era un diamante de la máxima pureza que había comprado en su momento a muy buen precio a una persona que la vendía porque había perdido mucho dinero en un bingo. Ella se ofreció a venderle la sortija al rey por 4 millones de pesetas, cuando tenía un valor real de 12. Él aceptó y ella después supo por Fernández-Campos que se vanaglorió de la ganga que había conseguido. "Aquello me dejó muy fría y muy dolida", cuenta. Se nota que para la actriz fue un gesto feo, sobre todo, porque ella ya sabía que él tenía una situación económica desahogada, como después se ha sabido. Esa actitud del rey con el dinero fue tratada en uno de los episodios de 'Los Borbones: una familia real' que emitió laSexta y que puede verse en ATRESplayer PREMIUM.

Años después, ya sin tener relación con el rey y después de las decepciones y de las polémicas que ha protagonizado el emérito, Bárbara Rey se refiere a él como el 'Coronitas'. En la actualidad, la única relación entre ambos está, como ya contamos, en el callejero de Totana, la localidad natal de la artista.