'Heridas' se ha convertido en el mejor estreno de una serie española desde marzo de 2022, alcanzando un 13,2% de cuota y con 2,6 millones de espectadores únicos con la emisión del primer capítulo. El segundo episodio avanza con la historia de abandono de Alba, que lleva a Manuela (Adriana Ugarte) a intentar salvar a la niña.

Aunque inicialmente la joven e independiente bióloga no parece muy cómoda relacionándose con Alba -tras varios encuentros en el pueblo de Almería en el que viven-, poco a poco va descubriendo lo especial que es la pequeña y la terrible situación que vive en su casa.

Después de que Alba se desmaye durante la visita escolar al humedal en el que trabaja, ella descubre unos moratones que delatan la situación de maltrato y abandono de la pequeña en su casa. La joven intenta, sin éxito, mediar con Yolanda (María León) y entonces recurre a la profesora y comienza una investigación de servicios sociales. El problema es que la vía oficial es lenta y Manuela toma una drástica decisión después de descubrir a Alba metida en una bolsa y abandonada al lado de los cubos de basura.

La bióloga cree que puede ser la madre que la niña necesita y que busca desesperadamente con los mensajes en botellas de cristal que lanza al mar, entonces ella idea un plan para que parezca que Alba se ha podido caer al mar. Esa misma noche, mientras las dos huyen en un autobús a Madrid, comienza la búsqueda de Alba, a la que su madre Yolanda asiste destrozada.

Yolanda (María Leon) se enfrenta a la desaparición de Alba, a la investigación policial y al acoso de la prensa en 'Heridas'.

Enfrentarse al pasado

Regresar a Madrid supone para Manuela enfrentarse a un pasado del que lleva muchos años huyendo. Ella no quiere hablar de su familia, pero poco a poco explica cosas como que es adoptada, que tiene dos hermanas y que apenas recuerda nada de su madre biológica. Esa falta de recuerdos permite que Rocío, su madre real tenga un encuentro casual con ellas cuando se encuentran en el peor momento de su huida porque Manuela ha perdido su cartera y se han quedado sin dinero, sin documentación y sin un sitio en el que dormir. Manuela ejerce como la madre de Paloma (nueva identidad de la niña) lo mejor que puede, pero las cosas se ponen cada vez más en su contra.

Tener que pedir ayuda económica a sus padres es el peor trance por el que pasa Manuela, que además no solo tiene que mentir sobre quién es la niña que está con ella, si no que obliga a Alba a mentir doblemente sobre quién es en realidad. Las mentiras tienen las patas cortas y sostener su coartada se hace complicado. Rocío (la madre biológica de Manuela) ha tenido un breve contacto con ellas, pero el suficiente para saber que pasa algo raro y no tardará en atar cabos. El remordimiento que siente por haber abandonado a su hija la llevará a tratar de encubrirla.

En Almería, dan por muerta a Alba

Mientras tanto en Almería, Yolanda trata de seguir con su vida tras asumir que su hija ha muerto. El problema es que la investigación estrecha el cerco sobre ella y su novio Lucho por el presunto maltrato a la menor que habría llevado al fatal desenlace. Fabio, el periodista que tuvo una fugaz relación con Manuela antes de que ésta desapareciera, se ha quedado en Almería para cubrir la desaparición y cuando la noticia deja de tener interés, él trata de seguir investigando porque sospecha que hay algo más detrás del caso. Los vecinos dan la espalda a Yolanda, después de que se publique que maltrataba a su hija, y terminará huyendo con su novio a Madrid, pese a que la justicia le prohibe moverse de allí hasta que se resuelva el caso.