El tercer episodio de 'Heridas' llega al prime time de Antena 3 para seguir la huida de Manuela junto a Alba hasta Madrid. Como ya vimos en el anterior capítulo, su llegada a la capital ha sido accidentada, les han robado la cartera y han tenido que dormir en el Metro. La joven bióloga se llega incluso a plantear ir a la policía para entregarse, pero finalmente Paloma (antes Alba) consiguió convencerla de que no lo hiciera.

En Almería, mientras tanto las cosas no están mucho mejor. Las esperanzas por encontrar una pista de Alba se desvanecen y parece cada vez más evidente que la niña ha muerto. Yolanda intenta asumirlo, pero no consigue ni siquiera trabajar y tampoco cuenta con el apoyo de su novio Lucho que lo único que quiere es que el asunto no le salpique. A pesar de que la noticia de la desaparición de Alba ya no interesa a los medios, Fabio pide a sus jefes que le dejen seguir investigando y consigue una valiosa prueba del posible maltrato de Yolanda y Lucho hacia la pequeña Alba que cambia el curso de la investigación.

Yolanda está pasando un duelo y no tiene el apoyo de Lucho, en 'Heridas'.

El cerco sobre la madre de Alba y su pareja, se estrecha cada vez más y acaban siendo detenidos por presunto maltrato. Fabio es también quien pone a la policía sobre la pista de Manuela porque recuerda que la profesora le dijo que ella había encontrado una de las botellas que Alba tiraba al mar con mensajes para encontrar una nueva madre. La guardia civil se pondrá en contacto con Manuela para que se acerque a declarar y cuente todo lo que sabe de la pequeña.

Volviendo a Madrid, Manuela intenta esquivar a sus hermanas que se han enterado de que está en la ciudad, pero al mismo tiempo tiene que acercarse a su familia para conseguir que la ayuden económicamente. Como no puede presentarse con Alba, decide dejarla en una biblioteca mientras ella va a un acto en honor a su padre para pedirle dinero a su madre. Entonces, el destino querrá que sin saberlo se cruce con su madre biológica que precisamente acaba de visitar a su antigua amiga y madre adoptiva de Manuela para preguntar por ella. Al ver a la que podría ser su nieta, no se resiste y entra a la biblioteca donde pasa un rato con la pequeña.

Sin saberlo, Manuela contará con la ayuda de su madre adoptiva en el peor momento.

Finalmente, la hermana mayor da con Manuela en el hotel donde se aloja y descubre a Paloma (antes Alba). Como no puede decir que es su hija, se inventa una rocambolesca historia obligando a Paloma también a mentir, una decepción que supondrá una brecha en su relación. Al acercarse a su familia, la bióloga se ha encontrado de golpe con su pasado, incluido su exnovio Héctor del que se alejó sin da ninguna explicación. Él ahora es policía y desconfía de las historias que oye de su expareja, así que también decide investigar por su cuenta.