Tras el atentado contra Carrero Blanco, la dictadura no puede evitar mostrarse débil. La silla de su presidente en el Consejo de Ministros aparece vacía al lado de Franco. En el funeral, el cruel dictador está claramente compungido y llorando ante la viuda de su número 2. 

"Parece ser que en lo personal le afectó bastante", afirma el profesor de Historia José Antonio Castellanos en el vídeo sobre estas líneas. Según la hija de Carrero Blanco, durante una audiencia con la familia más cercana, el dictador "se puso a llorar y llorar, no podía ni hablar. Nos fuimos y le dejamos llorando". 

El dictador estaba herido, y su joven príncipe Juan Carlos de Borbón también daba señales de desconcierto. En pleno funeral, caminaba aturdido, sin compañía ni rumbo fijo mientras escuchaba los alaridos de los ultras, amenazando al aperturista Tarancón, jefe de la Iglesia en España.