Caso de acoso sexual
Mensajes sexuales, protección política y cinco meses de silencio: el escándalo de Paco Salazar
El contexto Durante cinco meses, el PSOE mantuvo un silencio incómodo y protegió a Paco Salazar pese a las denuncias de acoso sexual. Solo después de que se hicieran públicos sus mensajes ofensivos y sexuales, el exasesor se vio obligado a dimitir de todos sus cargos.

El escándalo de Paco Salazar ha puesto al PSOE en una situación muy delicada. El exaseor, que hasta hace poco era Secretario General de Coordinación Territorial en Moncloa y estaba a punto de ser nombrado adjunto a la Secretaría de Organización, ha dimitido tras salir a la luz mensajes y comportamientos que muchos califican de acoso sexual sistemático.
Según denuncias internas, Salazar solía salir de su despacho a medio vestir y con la cremallera bajada, hacía comentarios sobre el culo y el escote de sus trabajadoras y mandaba WhatsApp insinuantes a compañeras, incluyendo mensajes sobre su depilación. Todo esto permaneció oculto durante meses, a pesar de que algunas denuncias se habían presentado en el canal anticaso de Ferraz, donde incluso llegaron a desaparecer del portal, según eldiario.es.
A pesar de conocer estas denuncias, el PSOE mantuvo una postura tibia y protectora. De hecho, horas antes de un comité federal en el que Salazar iba a ser nombrado adjunto a la Secretaría de Organización, la portavoz del Gobierno seguía defendiéndole, asegurando que era "íntegro". Incluso, en noviembre, se publicaron fotos de un encuentro de comida entre Salazar y la portavoz, al que ella restó importancia.
Salazar no es cualquier militante: afiliado desde 1992, ha sido diputado, alcalde y alto cargo en Moncloa, y fue clave en la recuperación de Pedro Sánchez como secretario general en 2017. Ha ocupado cargos como Director de Análisis y Estudios, director adjunto del Gabinete y Secretario General de Planificación Política, y hasta septiembre de 2024 era Secretario General de Coordinación Territorial. Su influencia dentro del partido explica la tibieza del PSOE durante cinco meses.
Finalmente, la presión mediática y la publicación de los mensajes hizo que Salazar tuviera que dimitir de todos sus cargos en el partido y en Moncloa. Sin embargo, desde el PSOE siguen insistiendo en que no hay denuncias formales contra él, mientras las víctimas denuncian abandono institucional.
Las críticas por cómo se ha gestionado el caso vienen incluso de dentro del partido: responsables de igualdad han pedido explicaciones y solicitan que se lleve el caso a la Fiscalía. Pilar Alegría, portavoz del Gobierno, calificó las expresiones publicadas como "vomitivas", reconociendo finalmente la gravedad del asunto.
El caso Salazar deja al PSOE en evidencia: cinco meses de inacción y tibieza, con un partido que ha dado la espalda a una de sus banderas principales, la protección frente al acoso, mientras intentaba proteger a uno de sus hombres de confianza.
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