¿Qué dice su Ley Fundamental?

Giro de 180 grados en la política belicista alemana: Merz quiere convertir su ejército en el "más fuerte de Europa"

¿Qué implica?
De esta manera, Alemania rompe una tradición pacifista que se remonta al término de la Segunda Guerra Mundial y del nazismo. Durante este tiempo, los germanos siempre se han mostrado muy reacios en lo militar.

El canciller alemán, Friedrich Merz, en una imagen de archivo.
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Giro de 180 grados en la política belicista alemana. El recién elegido nuevo canciller, Friedrich Merz, ha asegurado este miércoles que van a trabajar por convertir al ejército germano en el más fuerte del Viejo Continente. Palabras que rompen con 80 años de tradición pacifista en Alemania. A ojos del conservador es "lo que necesita el país europeo más poblado y económicamente poderoso".

"Nuestros amigos y socios no esperan menos de nosotros. Lo exigen", completaba Merz, que con el fin de convertir su ejército en el "convencional más fuerte de Europa" se ha comprometido a que su Gobierno proporcione "todos los recursos financieros" necesarios. Así rompe una tradición que se remontaba al fin de la Segunda Guerra Mundial y la derrota del nazismo.

Desde entonces, Alemania ha sido un país muy reacio en lo militar, con un ejército escueto comparado con naciones de tamaños similares. Y es que el pacifismo ha definido al país desde la época de la Alemania Federal donde hasta 300.000 personas en la capital, Bonn, se manifestaron en contra de las armas nucleares y el militarismo de la OTAN.

Ya con el país unificado, su ejército solo ha acudido a misiones humanitarias como las desarrolladas tras el genocidio de Ruanda o la sangrienta guerra de Bosnia. De hecho, ni siquiera acudieron a la llamada del presidente estadounidense, George Bush, para unirse al conflicto de Irak. Su canciller de entonces fue muy claro.

"¡Mi respuesta es no! Pueden contar con que mi gobierno aprovechará cualquier pequeña oportunidad para lograr la paz", clamó el socialdemócrata Gerhard Schröder. Una dura negativa que no encajó nada bien la administración republicana, pero es que la Ley Fundamental alemana es clara al prohibir el inicio de una guerra ofensiva si no hay un ataque externo.