Estados Unidos, y prácticamente el resto del planeta, están pendientes de saber quién será el nuevo presidente de Estados Unidos. Y ahora mismo todo el mundo se hace la misma pregunta: '¿cuándo se sabrán los resultados de las elecciones?'. La respuesta a esta cuestión no resuelve necesariamente quién de los dos, si Trump o Biden, se alzará con el título de presidente estadounidense, dado que los resultados están reñidos en los estados bisagra (los que suelen señalar quién gana).

En cuanto a la hora de cierre de los colegios electorales, es diferente en cada estado: mientras que en la costa este lo ha hecho a partir de la una de la mañana (horario peninsular), en Alaska las últimas urnas cerrarán a las siete de la mañana (hora peninsular), según recoge la CNN.

Además, este año la dificultad es mayor a la hora de conocer el resultado en cada estado a causa del incremento del voto por correo y el anticipado. Al igual que la hora de cierre, el escrutinio de votos tiene un protocolo diferente en cada estado. Por ello, hay condados que no pueden hacer el recuento de los votos por correo hasta un día después de las elecciones, mientras que en otros los funcionarios pueden empezar el escrutinio de estas votaciones adelantadas en el mismo momento en el que se cierran los colegios electorales.

Por otro lado, la fecha límite del recuento de votos tampoco es la misma en todos los estados. En este sentido, la ley federal recoge que los condados tienen hasta el 8 de diciembre para contar las papeletas y resolver disputas. Sin embargo, la CNN explica que algunos estados tienen fechas límite más tempranas y que el recuento oficial suele conocerse "a finales de noviembre y, a veces, se extiende hasta diciembre".

Pese a las grandes expectativas sobre el resultado de la jornada electoral en Estados Unidos, la realidad es que el nombre del presidente del país no se conocerá de forma oficial hasta principios del mes de enero, cuando el Congreso cuente los votos electorales, según recoge la página web del gobierno estadounidense.

Esto ocurre porque el sistema electoral estadounidense cuenta con una peculiaridad: la ciudadanía no vota de forma directa, sino que debe apoyarse en una serie de electores, que son los que efectúan el voto final en su nombre. El número de electores de cada Estado es igual al de miembros del Congreso (Cámara de Representantes y Senado). De esta forma, los 538 electores efectuarán su voto el próximo 14 de diciembre y el presidente investido será aquel que reúna un mínimo de 270 votos (más de la mitad) de dichos electores. Finalmente, el acto de posesión del cargo está previsto para el miércoles 20 de enero.

Además hay que tener en cuenta el alto número de participantes que se han registrado en estas elecciones a través del voto por correo y el anticipado. Más de 97 millones de personas ya habían votado antes de la cita electoral. Aunque la pandemia de coronavirus puede haber provocado que haya descendido el voto presencial respecto a anteriores comicios, todo parece indicar que esta cita electoral marcará un antes y un después en Estados Unidos.