En la penúltima carrera de la temporada de Fórmula 1 saltaron chispas entre compañeros de equipo. Max Verstappen con Sergio Pérez,Fernando Alonso con Esteban Ocon... y también en Ferrari, donde Charles Leclerc terminó muy enfadado porque desde el muro no le dejaron atacar a Carlos Sainz, que terminó en el podio.

"Pensad en el campeonato en caso de terminar así. Por favor, pensad en el campeonato, necesito los puntos", rogaba el piloto por radio. Se refería a la lucha con Sergio Pérez por la segunda plaza en el mundial de pilotos.

Pero Ferrari no se lo permitió. El monegasco fue cuarto y Sainz, tercero. Al finalizar el GP de Brasil se sucedieron las felicitaciones por la radio y fue ahí cuando Leclerc se hartó.

"Gran trabajo. P4, gran trabajo", le dijo por radio su ingeniero. Y Leclerc fue muy directo: "Sí, gran... 'mamma mía'. Venga... apaga la radio". Esa fue la reacción que en un primer momento no se vio en la retransmisión de la Fórmula 1.

A pesar del enfado del piloto, Ferrari está convencido de que hizo lo correcto. Mattia Binotto, jefe de la escudería, así lo ha justificado: "Intercambiar los dos coches en la última recta era ciertamente complicado, porque Charles tenía a Fernando y a Max justo detrás. Así que, sin duda, habría sido complicado y, en cierto modo, peligroso".

"Control de carrera nos dio el visto bueno en ese momento, así que estábamos bastante cómodos, pero sin tener una conclusión sobre ese asunto, habría sido arriesgado, porque una penalización de cinco segundos, por ejemplo, significaría que entonces Carlos habría perdido más de una posición. Así que, para el campeonato de constructores, era sin duda mejor atenerse a las posiciones y a las diferencias en pista", sentenció.