Se esperaba mucho de Ferrari en China. Se esperaba muchísimo, viendo las características de su coche. Viendo, además, de cómo llegaban a Shanghai. Porque iban como aviones. Porque en la pista con una de las rectas más importantes y claves del Mundial, llegaban en un excelso momento. Sí, pero no. No fue así. Y no lo fue porque fallaron.

Porque no hicieron lo que debían hacer. Porque se metieron en un buen fregado desde la clasificación hasta el paso por la bandera a cuadros. Y porque McLaren, que qué listos fueron al decir que iban para hacer bulto, hizo un trabajo tremendo minimizando los supuestos puntos débiles de un coche que parecía un misil naranja en China gracias a Lando Norris.

Y Sainz ya ha dicho que cuidado. Que no se puede uno conformar ni mucho menos pararse. Porque McLaren les ha demostrado que han de mirar tanto hacia adelante, con Red Bull, como hacia detrás, con un equipo de Woking con cada vez más hambre de victoria.

Carlos, tras Shanghai, reconoció que así es imposible: "No hay posibilidad de que así ganemos a McLaren. Hemos clasificado detrás, y nos hemos metido en líos en la primera vuelta".

"Es así de simple"

"Han sido más fuertes, es así de simple. McLaren, en este tipo de pista, ha demostrado que tienen más ritmo que nosotros", prosigue Sainz.

La conclusión, tan evidente como clara: "La próxima vez vamos a tener que hacerlo mejor".

No fue un fin de semana feliz para ellos. En el sprint, Sainz perdió ritmo tras un toque con Alonso para luego meterse en una batalla con Leclerc. En la clasificación, tras los McLaren e incluso de Fernando Alonso. En carrera, más batallas entre compañeros y adiós a toda opción frente a un Norris que acabó segundo.