Christian Horner, gran jefe de Red Bull, espera que lo que pasó en Qatar no se convierta en costumbre. Y no, no es el correr con temperaturas superiores a los 60 grados en el coche, o que algunos pilotos vomitasen o se desmayasen, sino que lo que espera que no se repita son las paradas obligatorias. Los pasos por boxes obligados por, en el caso de Losail, fallos en los Pirelli.

Y es que los neumáticos se rompían. Se rompían en esos pianos con elevación de 50 milímetros. Por ello, la FIA introdujo como norma que la vida máxima de cada neumático fuese de 18 vueltas. Fuesen blandos, medios o duros.

Eso provocó que cada 'stint' fuese prácticamente como una carrera al sprint. Que cada vuelta fuera de clasificación. Y que, claro está, las estrategias no tuvieran la más mínima relevancia en Qatar. Para el jefe de Red Bull eso no puede suceder.

"¿Cómo que paradas obligatorias?"

Y así lo ha dicho en palabras que recogen en 'Motorsport': "Hay que dar más libertad porque eso genera creatividad. ¿Cómo que paradas obligatorias en boxes?"

"Eso va a tener efectos en la clasificación, en el fin de semana, en el número de vueltas que se hagan para ahorrar gomas. Nada, para mí no tiene sentido", prosigue.

Porque aunque dice entender que se hiciera por "seguridad", sigue sin tenerlo claro: "No era lo ideal en cuanto a la estrategia. Dos paradas, degradación, y algunas cosas que entrasen en juego. Era una prueba diferente".

"Sabes cuánto van a durar los 'stints'

"Desafió a los estrategias. Todo fue más predecible, porque sabes cuánto van a durar los 'stints'. Para nosotros todo era cosa de gestionar el riesgo y tener cuidado con un 'safety car' en las últimas diez vueltas", afirma.

Es una estrategia que Horner define así: "Limitación de riesgos. Nos aseguramos de que nos cubríamos de los pilotos par que Verstappen tuviera una parada gratis".