Fácil, y lógico es echarle la culpa al calor y a las condiciones medioambientales de Qatar. De Losail. De un Gran Premio en el que los pilotos soportaron temperaturas cercanas a los 50 grados en una carrera de F1 que dejó desmayos, vómitos y deshidrataciones, y a un Fernando Alonso, experto como nadie en la parrilla, confirmando tanto por radio como tras la prueba lo evidente.

Básicamente, que la prueba qatarí fue un completo infierno. Durante las 57 vueltas de las que constó el Gran Premio, los pilotos llegaron prácticamente al límite de lo que un ser humano puede aguantar en cuanto a condiciones al mezclar el esfuerzo físico con el calor y con lo que supone en cuanto a concentración estar a bordo de una máquina que supera los 300 kilómetros por hora.

Porque la prueba, recordemos, fue en octubre. Fue en octubre para ya en 2024 pasar al mes de diciembre, y a saber si por entonces estas imágenes que se presenciaron, estas preocupantes imágenes que se presenciaron, son parte del pasado o si por contra lo serán del futuro y del presente cuando lleguemos a la próxima temporada.

Y los Pirelli...

Sí, hará menos calor. Y sin duda esta fue una de las causas de lo que se vio en el asfalto de Losail. Sin embargo, hubo otra a la que apuntaron no pocos pilotos... y es todo el asunto que rodeó a los Pirelli en Qatar.

A unos Pirelli que se rompían por los pianos, en forma de pirámide, que hay en Losail. A unos Pirelli que hicieron intervenir a la FIA, que provocaron que se obligase a todos los pilotos a parar, como muy tarde, en la vuelta 18 de vida de las gomas. Y eso convirtió a cada una de las 57 vueltas de Qatar en una lucha contra el crono.

Imposible era eso de gestionar ruedas. De tomarse las cosas con calma. De bajar el ritmo para cuidar unos neumáticos que sí o sí iban a tener que cambiar a las 18 vueltas. El esfuerzo físico, por tanto, aumentó de forma considerable.

Y más límites de pista

Tampoco ayudó en ese sentido los cambios que tuvieron que hacerse en la pista por, qué cosas, los Pirelli. Hubo que acortar el asfalto. Hubo que reducir el espacio en el que los pilotos tenían para conducir. Y sí, eso en una carrera marcada por la enorme cantidad de sanciones por límite de pista...

Fueron muchas las penalizaciones que se vieron, por lo que los pilotos no podían despistarse ni un solo segundo si no querían ver como todo su esfuerzo quedaba en vano.

Un cóctel de tres ingredientes que llevó a lo que llevó en Qatar. Deshidratación, vómitos, abandonos, desmayos... imágenes como las de Piastri prácticamente 'muerto' tras acabar la prueba y la de Stroll casi cayendo a la chapa de una ambulancia tras sufrir para bajar de su propio monoplaza.

Para 2024, Qatar será la primera semana de diciembre. A ver si con el tiempo que resta, más de un año, se solventa también el tema de los neumáticos, de los pianos y de los límites de pista. Por que si no...