Antes de que arrancara el Gran Premio de Brasil y Fernando Alonso ofreciese una auténtica exhibiciónen Interlagos acabando quinto tras arrancar desde la 18ª posición, el bicampeón del mundo de Fórmula 1 sufrió un nuevo problema de 'fiabilidad'.

Lo curioso, a la vez que sorprendente, fue que no ocurrió en su Alpine -como viene siendo habitual-, sino que fue con uno de los coches 'vintage' con los que los pilotos hacen una vuelta de honor saludando al público, el conocido 'drivers parade'.

A su paso por la recta principal, varios operarios empujaron el coche 14 que llevaba a Fernando Alonso, que deja una imagen que perfectamente puede ejemplificar lo que ha sido la temporada para Fernando.

Ya en la carrera, a diferencia de los últimos Gran des Premios, el asturiano contó con el factor suerte, el safety car y los virtual le favorecieron y logró escalar 12 posiciones para terminar quinto.