Se quedó a 10 segundos de entrar a boxes durante el virtual safety car, problemas en el motor desde la vuelta 20, gestión dudosa de Alpine al término de la carrera... Fernando Alonso, una vez más, se encontró con un 'manotazo' de mala suerte después de culminar una épica clasificación bajo la lluvia el sábado y salir segundo en carrera.
Su decepción quedó reflejada en su reacción tras pasar la bandera a cuadros: rabioso, el bicampeón del mundo de Fórmula 1pegó varios puñetazos al volante de su A522.
Tras bajarse del monoplaza, el asturiano se mostró muy, muy duro con los problemas de fiabilidad de Alpine: "Estoy aquí para ser mejor que un sexto o séptimo y este fin de semana lo fuimos. Si no acabamos en el podio, o cuarto, es por un problema de fiabilidad en el coche '14' y la mala suerte del coche de seguridad virtual. La suerte no depende de nosotros, pero con la fiabilidad lo tendremos que hacer mejor".
"Tuvimos un problema de motor en la vuelta 20, nos cortaba la energía en la salida de las curvas, intentamos arreglarlo pero no funcionó. Afortunadamente no retiramos el coche y sumamos puntos. Hasta ese momento, luchábamos por el podio. Me sentía fuerte en comparación con Hamilton, no teníamos el ritmo de Verstappen y Sainz pero podía controlar a Hamilton y los Mercedes", añadió.
De hecho, Alonso incidió en que los problemas solo tienen lugar en su monoplaza: "Es otro problema de fiabilidad en el coche '14', solo, es decepcionante. Al final hemos perdido una gran oportunidad de luchar por un posible podio, ya que sentía que tenía el ritmo para hacerlo".
"Mi coche volaba este fin de semana, tenía un segundo de déficit en las rectas y aun así era más rápido, es increíble terminar séptimo. Al final de la carrera estoy frustrado. Perdimos una buena oportunidad", zanjó el asturiano.