Menudo final de carrera le dio Charles Leclerc a Carlos Sainz en Italia. Sí. En la casa de Ferrari. En donde no se pueden cometer errores ni poner a prueba el nivel de tensión de los 'tifosi'. Sí, precisamente ahí es donde la 'Scuderia' estuvo a punto de montar una buena fiesta que podría haber dejado muy señalados a los mandamases de la marca italiana.

Porque, con Sainz en posición de podio y a falta de muy pocas vueltas para la conclusión de la carrera, 'pasaron' de decir que eso de pelear entre pilotos, entre compañeros de equipo, que mejor que no. El mensaje que tantas veces ha escuchado Carlos, cuando debió ser para Leclerc, no sonó.

Y al no sonar Charles hizo lo que haría cualquier piloto de carreras. Atacó. Atacó mucho. Atacó tanto que incluso bloqueó neumáticos y se fue por fuera en la primera curva. Sí. Atacó tanto, con permiso de Ferrari, que casi se lleva puesto a su compañero y deja al equipo con cero puntos en casa.

Menos mal que era "sin riesgos"

Lo cierto es que en su radio sonó un mensaje. Uno que llegó después del de Carlos Sainz en el que el madrileño trató de poner un poco de cordura. "Chicos, llevemos esto a casa...", dijo el madrileño.

Entonces, radio para Leclerc. Comenzaba con un "sin riesgos", pero luego...

Luego fue todo lo contrario: "Sin riesgos, pero corramos hasta el final".

Casi acaban a cero

Un, traduciendo, 'ataca hasta que veas la bandera a cuadros'. Y es justamente lo que hizo Leclerc. Atacar hasta el final. Hasta la última curva. Hasta que ya no tuvo otra oportunidad para dejar a Sainz sin podio.

Podio que mantuvo. Podio desde el que celebró un gran día para Ferrari. Porque Red Bull es imparable. Porque ser tercero, a veces segundo, es lo más que están dejando los de Verstappen. Podio que mereció un Sainz que acabó como MVP del GP de Italia.