Lo que prometía ser uno de los Grandes Premios especiales para Aston Martin en los que poder luchar por la tan ansiada victoria número 33, finalmente acabó por ser una auténtica pesadilla para los británicos.

Con Lance Stroll fuera de combate por su grave accidente en la sesión de clasificación, Aston Martin contaba con únicamente Fernando Alonso para tratar de maximizar los resultados en el GP de Singapur. Algo que, 'a posteriori', no ha sido para nada así.

La realidad es que el asturiano tuvo que rodar prácticamente toda la carrera con la suspensión de su AMR23 dañada después de haber pasado por encima de las piezas resultantes del choque entre 'Checo' Pérez y Tsunoda. Un incidente en el que el mexicano pecó de optimismo y acabó por terminar con la carrera del japonés.

Como se ha podido apreciar en diversas imágenes, Alonso impacta con los escombros y, justo después, algo se rompe en la recta. Probablemente se trate de la carcasa del brazo de la suspensión, motivo por el que el ovetense no pudo seguir el ritmo de Lando Norris.

Realmente el daño no afecta directamente al funcionamiento de la suspensión del coche pero, eso sí, tiene grandes repercusiones en la aerodinámica provocando así una caída en el ritmo del piloto.

Sin duda se trata de un fin de semana para olvidar para los británicos en el que, como dijo Alonso después de la carrera, "todo lo que podía salir mal, salió mal". Ahora, tienen ya la mirada puesta en el GP de Japón.