Esta es la cara que se le quedó a Valentino Rossi al ver que estaba en posición de podio a falta de un par de giros para el final de una loca carrera protagonizada por la aparición de la lluvia entre las montañas que rodean el circuito de Spielberg.

Y es que el italiano hacía mucho tiempo que no se veía en una igual. "Estaba pilotando bien cuando vi P3 en mi pizarra y sólo quedaban dos vueltas. Me asusté en la primera curva, me puse rígido y me fui largo", comenta Rossi.

Se encontró en esa situación gracias a las gotas que aparecieron al término de la carrera. Los líderes decidieron parar para cambiar de moto, mientras que Valentino y unos pocos más se mantuvieron en pista con neumáticos de seco.

Sin embargo, el nueve veces campeón del mundo hizo lo imposible por mantenerse encima de la moto aunque fuera a menos velocidad que los que llegaban por detrás: "Luego vinieron todos los que llevaban gomas de lluvia y nos pasaron, pero fue un final muy emocionante".

Al final acabó octavo, lo cual también supone el mejor resultado de la temporada para 'Il Dottore', en un año para olvidar. "Esta octava posición es buena para mí sobre todo ahora que el equipo está pasando un momento difícil", reconoce.

El Gran Premio de Austria puede ser un aliciente para lo que queda de campaña y de carrera del '46', quien se ha sentido "mejor sobre la moto" y tiene como objetivo "terminar entre los 10 primeros en las últimas carreras".

En sus últimas horas encima de una MotoGP, Valentino Rossi avisa: "He dicho que me retiro, no que me rinda".