Muchos tiktokers se dedican a promocionar los beneficios de la leche cruda o 'raw milk', en inglés. Pero, ¿cuál es la diferencia entre la leche cruda y la fresca? Boticaria García expone que la primera no se ha sometido a ningún tratamiento de calor por encima de los 40 grados, mientras que la leche fresca se ha pasteurizado.

Es la que vemos habitualmente en las neveras del supermercado y se puede conservar en frío durante dos o tres días. Aunque la más común es la esterilizada o UHT, que es un tratamiento térmico superior a 100 grados por el que se puede almacenar en casa sin frío.

La experta en farmacia comenta que determinadas corrientes aseguran que tomar leche cruda es más saludable, pero asegura que no hay evidencia de ello. Además, explica que cuando la consumimos no hay riesgo cero.

"Hay estudios científicos donde se ve que en la leche cruda puede haber microorganismos patógenos", advierte, y apunta que "la pasteurización es el único método eficaz que garantiza la eliminación y el control de los microorganismos en la leche", tal y como refleja un informe de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria.

Tampoco hay pruebas de que el calor destruya las vitaminas y minerales, pues está demostrado que "el calor no deteriora significativamente la calidad de la leche", afirma Boticaria, que advierte de los riesgos que puede conllevar su consumo.

La colaboradora destaca que entre los "inquilinos favoritos" de la leche cruda están la salmonela, Escherichia coli o la listeria y sus efectos pueden ir "desde una simple diarrea hasta la muerte". Por eso, las autoridades sanitarias recomiendan hervirla antes de consumirla y conservarla en la nevera.