El miedo de los vecinos

Miquel, vecino de Alcanar, a Gonzo: "La única solución es dejar fluir al barranco y el obstáculo somos nosotros"

"Cuando veo que hay una DANA, huyo, me alquilo un piso, me voy a un hotel con mi mujer y mi hijo", asegura Miquel en Salvados. Los vecinos de Alcanar han sufrido cinco riadas en siete años y viven en alerta constante. Tienen clara cuál es la solución.

Miquel, vecino de Alcanar, a Gonzo: "La única solución es dejar fluir al barranco y el obstáculo somos nosotros"

Gonzo recorre Alcanar (Tarragona) tras reunirse con su alcalde, Joan Roig, para conocer el impacto de las cinco riadas que ha sufrido el municipio en apenas siete años. Lo que en un principio se interpretó como mala suerte ha terminado evidenciando un problema estructural ligado al cambio climático, que ha convertido a la localidad en uno de los puntos más vulnerables del litoral catalán. La última DANA, ocurrida hace solo dos meses, dejó daños visibles y escenas grabadas por los propios vecinos que muestran la gravedad de la situación.

Uno de los focos de mayor preocupación es el barranco del Llop, donde se sitúan diez viviendas construidas en una zona especialmente expuesta. Vecinos como Didac Pla Grañana relatan que compraron sus casas con todos los permisos en regla, sin saber que se encontraban sobre un barranco. En episodios de lluvias intensas, varios cauces confluyen en ese punto, provocando desbordamientos, calles anegadas y un temor constante cada vez que se anuncia una tormenta.

El miedo se repite entre residentes como Miquel Joaquin Arrufat, que ha visto cómo el agua alcanzaba más de metro y medio dentro de su vivienda. Su casa, pensada como proyecto de jubilación, se ha convertido en una fuente permanente de incertidumbre tras varias inundaciones. Aunque llegó a plantearse venderla, insiste en que cualquier comprador debe conocer el riesgo real, reflejando el sentimiento general de unos vecinos que reclaman soluciones ante un problema que ya no consideran excepcional.

La impotencia y la incertidumbre de Miquel y Didac

"¿Cómo es el ambiente en vuestro barrio después de 2021, 2023, cuando veis otra vez vuestras casas en una situación igual?", pregunta Gonzo a ambos vecinos. La "impotencia" y la "incertidumbre" son los sentimientos que predominan.

No saben lo que va a pasar ni las acciones que se van a tomar para intentar paliar los estragos de los temporales que periódicamente les azotan. Didac afirma que ni siquiera sabe si esas acciones servirán para algo. "Son parches. La única solución es que dejen al barranco que fluya por donde tiene que fluir, sin ningún obstáculo", dice Miquel, más pesimista. "El obstáculo somos nosotros. Nosotros tenemos que desaparecer de aquí. Quieran o no. Y si no quieren, hay que esperar a que venga un buen barrancazo y se nos lleve él al mar", dice con dureza.

Ellos tienen asimilado que en sus casas no se puede vivir por más tiempo. Los datos que ellos mismos manejan les dan la razón. "Estamos tomando registros de 200, 300 litros que han caído estas últimas veces. Si estuviésemos hablando de 500 litros, yo creo que estaríamos a punto de desaparecer. Si estamos hablando de dos metros, imagínate con el doble de agua. Es que esto sería... una masacre", lamenta Didac.

Vivir huyendo y en continua alerta

Cuando les llegan las noticias de que una DANA se acerca hacia la zona, ellos hacen las maletas. "Intentamos huir", dice Miquel. "Cuando veo que va a haber una DANA, huyo. Me dejan un piso o lo alquilo o me voy a un hotel. Con mi mujer y mi hijo", añade.

Ellos tienen clara cuál es la solución. "Que nos expropien", dicen a la vez cuando Gonzo les pregunta por ella. "Yo quiero irme, tengo mucho miedo de estar aquí. No sé si fue ayer o antes de ayer, llovía. Yo me pasé la noche mirando a ver qué cantidad de agua caía. Yo no dormí. Cuando aquí llueve, yo no duermo", reconoce Miquel. Todo lo opuesto al retiro tranquilo que buscaba. "Será cuando me muera", bromea. Cuando se mude, lo hará a "un piso bien alto".

"No hemos tenido muertes. Hemos tenido la suerte de que no es una zona muy poblada y no hemos tenido muertes. Hasta el día de hoy. Pero si esto es en agosto, aquí hay muchas muertes. Abajo mismo, donde reventó el muro, está el camping. Allí habría muchas muertes. Y si tenemos que esperar a que haya muertes para que tomen soluciones... no tiene que ser así", dice Didac reclamando la intervención de la Administración, y más teniendo en cuenta lo que ocurrió hace un año en Valencia, cuando una DANA acabó con la vida de 229 personas.

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