"No me voy con la conciencia tranquila"
Joan Roig, alcalde de Alcanar, anuncia su dimisión tras luchar contra los efectos del cambio climático: "Nos viene algo muy grave"
El contexto:El hasta ahora primer edil reconoce en Salvados que no puede más. Desde que llegó al cargo, Roig ha tenido que gestionar una pandemia y cinco alertas climáticas. Este domingo su mandato llega a su fin y anuncia ante un atónito Gonzo su dimisión.

Salvados cierra temporada trasladándose hasta Alcanar (Tarragona), un municipio de unos 10.000 habitantes cuya historia reciente está marcada por las consecuencias del cambio climático. En los últimos siete años, el pueblo ha sufrido cinco riadas que han arrasado viviendas, infraestructuras y proyectos de vida. El programa retrata tanto la situación del municipio como la del alcalde, Joan Roig, convertido en el rostro visible de una emergencia que, como se repite a lo largo del reportaje, "no admite excusas".
Nada más comenzar, Roig sitúa el origen del problema, además de en el cambio climático, en el urbanismo del siglo XX. "Hay varios barrancos como ese, que es un ejemplo paradigmático de todo el urbanismo que se fue desplegando durante las décadas de los 60, 70, 80, 90", explica, señalando cómo la construcción progresiva fue reduciendo la capacidad natural de desagüe. "Eso provoca las consecuencias graves que hemos visto en las lluvias de Alcanar", sentencia.

Las cámaras muestran los estragos del temporal por las calles del municipio. "Ese edificio que ves reformado, toda esta pared, se derrumbó totalmente, provocando daños estructurales serios", relata el alcalde, que resume el sentimiento general con una frase demoledora: "En otoño, cuando vienen estas fechas, nosotros vivimos mirando al cielo desde hace ya siete años".
La situación geográfica agrava el riesgo. Alcanar está rodeado de barrancos y muy cerca de la montaña del Montsià. "Es una montaña muy vertical, a poca distancia del pueblo y del mar. Ahí se explican muchas cosas", afirma Roig.
Esa verticalidad provoca que el agua baje "con mucha agresividad y en muy poco tiempo", reduciendo al mínimo la capacidad de reacción.
Una pandemia y cinco emergencias climáticas
El alcalde recuerda que su pesadilla comenzó nada más llegar al cargo. "Hacía una semana o diez días que había entrado de alcalde" cuando llegó la primera y destructiva DANA, explica. Entonces, pensaron que era cuestión de mala suerte y que tenían margen de un siglo para reponerse. Al fin y al cabo, ¿cuántas veces puede ocurrir algo así en el mismo lugar?
contra todo pronóstico, el desastre volvió a repetirse, una y otra vez. Desde entonces, asegura, Alcanar vive una "nueva realidad". "Nuestro pueblo es uno de los epicentros del cambio climático del litoral catalán", afirma, una idea que se repite a lo largo del reportaje.
La reconstrucción tras la primera DANA se llevó todo el presupuesto anual del municipio. Las ayudas que llegaron fueron escasas (el 10% de los gastos) y tardías (llegaron dos años y medio después), denuncia, y aprovecha para quejarse de que se sintió "desanimado" tras hablar con Marlaska. Solo le concedió cinco minutos. Sí que se sintió "reconfortado" tras hablar con Salvador Illa.
Los vecinos sobre el barranco del Llop
Uno de los puntos más críticos es el barranco del Llop, donde se levantan diez viviendas construidas sobre el cauce. Didac Pla Grañana, uno de los vecinos afectados, relata que compró su casa en 2010 tras comprobar que todo estaba en regla. "Nunca supimos que vivíamos encima de un barranco", lamenta. Durante la última riada, recuerda, "veíamos bajar el agua de las montañas como si fueran cascadas".

Estas viviendas, explica Didac, "hacen tapón" y bloquean la salida natural del agua. A pocos metros se encuentra un camping situado "justo en el camino que seguiría el agua si estas construcciones no estuvieran". En la última riada, el agua alcanzó 1,60 metros dentro de algunas casas. "Rezamos para que no se rompiera el cristal de la ventana", recuerda otro vecino, Miquel Joaquin Arrufat, quien se niega a vender su casa sin informar a los posibles compradores de la situación, como hicieron con él: "No me quedo con la conciencia tranquila de meterle un puro al que venga detrás y se ahogue".
Miquel pensó que la inundación que sufrió antes de comprar su casa había sido un hecho aislado. "Me dijeron que había sido algo fortuito, que no había pasado nunca y que no volvería a ocurrir", explica. Su proyecto de jubilación se convirtió en una pesadilla recurrente. "Cuando aquí llueve, yo no duermo", confiesa. Ante la pregunta de Gonzo, los vecinos tienen clara la solución: "Que nos expropien".
La sensación dominante entre los afectados es la "impotencia" y la "incertidumbre". Para algunos, la solución es tan dura como evidente. "La única solución es que dejen al barranco que fluya por donde tiene que fluir", afirma Arrufat. Y añade con crudeza: "El obstáculo somos nosotros. Nosotros tenemos que desaparecer de aquí. Quieran o no. Y si no quieren, hay que esperar a que venga un buen barrancazo y se nos lleve él al mar".

La directora general de Protección Civil pide "un pacto de estado"
Gonzo conversa también con Virginia Barcones, directora general de Protección Civil, quien advierte del peligroso discurso negando el cambio climático de partidos como VOX. "El cambio climático mata", dice con contundencia.
Ella estuvo trabajando tras la DANA de Valencia en el CECOPI y también en el equipo de emergencias que gestionó la oleada de incendios de este verano. Barcones sufrió personalmente las críticas de dirigentes del PP como Bendodo o Tellado, quienes dijeron de ella que era "una pirómana más", además de una "hooligan del PSOE". Por ello, pide que se llegue a un "pacto de Estado" con el fin de dejar las ideologías y la guerra política a un lado cuando ocurren emergencias climáticas.
Desde el Ayuntamiento, Roig admite que las obras que desde allí pueden hacerse no serán suficientes teniendo en cuenta "la agresividad y la frecuencia de esos episodios de lluvias torrenciales". Por eso, asegura, "el discurso político se ha acabado" y han creado "la primera mesa técnica de las lluvias torrenciales a nivel municipal".
De ese trabajo han salido 300 páginas de conclusiones. Algunas medidas son extremas: "El traslado de personas, el derrumbe de las casas que están en el barranco para poder facilitar la salida del agua. Renaturalizar. Deconstruir". Un proceso "difícil y poco popular", que obliga a decir a familias que "tienen que irse de su casa" y que hipotecará al pueblo durante décadas.
El adiós de Joan Roig
En la recta final del reportaje, una alerta de Protección Civil interrumpe la conversación entre Gonzo y el alcalde. "Lluvias torrenciales esta madrugada y mañana por la mañana. Alerta de Protección Civil CCAT", lee Gonzo. "Esa es nuestra realidad", responde Roig, visiblemente agotado. "Yo pienso que he llegado ya a mi límite, psicológico y físico. Cuando la normalidad es una concatenación de catástrofes, la política municipal es una trituradora"".
Finalmente, Joan Roig anuncia su dimisión. "Es por coherencia. Y porque pienso que es lo mejor para mi pueblo", explica. Su despedida resume todo el episodio: "El futuro de Alcanar es un futuro que estará marcado por el cambio climático. Y, créeme, nos viene algo muy grave, muy grave". Roig no se va con la "conciencia tranquila": "Tendría que haber ejecutado muchas más acciones para paliar los efectos de este cambio climático".
Una cartela final cierra la historia: Roig ha renunciado a la alcaldía y ha aceptado una plaza como profesor de instituto.
*Sigue a laSexta en Google. Toda la actualidad y el mejor contenido aquí.