Cinco riadas en siete años

"Nos tenemos que ir de aquí": el alcalde de Alcanar recuerda cómo encontró a las 10 familias que viven sobre el barranco tras la DANA

Joan Roig, alcalde de Alcanar, el pueblo que sido arrasado cinco veces en los últimos siete años por los efectos de las DANAs, recuerda en Salvados los momentos más duros de las tragedias climáticas que ha vivido en primera persona.

"Nos tenemos que ir de aquí": el alcalde de Alcanar recuerda cómo encontró a las 10 familias que viven sobre el barranco tras la DANA

El municipio de Alcanar, en Tarragona, es "uno de los epicentros del cambio climático del litoral catalán", cuenta su alcalde, Joan Roig, en Salvados. El pueblo ha sufrido cinco riadas en siete años, consecuencias de los efectos devastadores de las DANA que han arrasado la zona.

La primera de ellas llegó en 2018. Ahí, todos creyeron que la catástrofe era producto de la mala suerte y que tenían más margen de maniobra para prepararse para la siguiente, "unos 100 o 150 años". Lo más duro llegó poco tiempo después, cuando se dieron cuenta de sus desgracias no eran fruto del azar y la situación se repetía continuamente, casi de año en año.

La reconstrucción tras la DANA de 2018 se llevó todo el presupuesto anual del municipio de Alcanar: "8 millones de euros... y después vino otra y otra y otra", lamenta el edil. Las ayudas al desastre de 2018, denuncia, fueron pocas y tardías. Apenas cubrían el 10 % del daño económico y llegaron dos años y medio después.

El contacto con los vecinos

En aquella época, el sistema ES-Alert, con el que ahora estamos tan familiarizados, aún no existía. Para comunicarse con los vecinos, el alcalde usaba entonces grupos de WhatsApp, desvela en el programa de laSexta.

Allí, todo el mundo tiene su número de teléfono: "es una de las prácticas que hemos ido fomentando y es que todo el mundo debe tener el teléfono para que, si tienen un problema, se comuniquen conmigo".

"Cuando sabemos que viene un episodio de estas características, antes de que se vaya la comunicación, porque es frecuente que no haya teléfono ni internet, enviamos los mensajes", cuenta. A las urbanizaciones "más vulnerables" se les recomienda salir de las casas si no pueden hacer "evacuación vertical". Quienes sí pueden desplazarse a pisos superiores deben mantenerse allí hasta que lleguen los servicios de emergencias.

Vivir en alerta

Habiendo vivido cinco riadas en siete años, los vecinos saben bien que no falta mucho para que el agua vuelva a inundarles. "Estamos rotos emocionalmente. Se nota en el estado de ánimo", lamenta Roig.

Hay una zona del pueblo que le preocupa especialmente: las diez casas que están construidas en medio de un barranco. "Hubo un momento especialmente, para mí, ilustrativo o definitivo, que fue en la pasada DANA, en octubre, donde después del episodio de lluvias pedí a un equipo de emergencias que me llevase a estas diez casas y me encontré a algunos vecinos que estaban en una terraza, en silencio, llenos de barro, con sus familias, y hubo un momento que nos miramos a los ojos y repetimos todos: 'nos tenemos que ir de aquí'", rememora el edil.

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