Se fugaron en 1994

Así fueron los tres meses que pasaron en la cárcel los soldados fugados y maltratados en la COE: "Era lo que yo esperaba de la mili, a la bartola"

Los soldados que se fugaron del cuartel de la COE en 1994, en plena mili, se enfrentaban a una posible de unos 15 años de prisión por sedición. Sin embargo, el juez consideró que se trataba de "una falta administrativa". A pesar de ello, tuvieron que ir a la cárcel. Ellos mismo cuentan en Salvados cómo vivieron este breve periodo de tiempo.

Así fueron los tres meses que pasaron en la cárcel los soldados fugados: "Esto sí era lo que yo esperaba de la mili, allí, 'a la bartola'"

Tras fugarse del cuartel del General Asensio de Palma de Mallorca la madrugada del 21 de febrero de 1994, los 18 soldados que hacían la mili en la COE y que decidieron huir para escapar de los malos tratos y abusos de sus superiores se entregaron a las autoridades, no sin antes acudir a Antena 3 para dar a conocer todo lo que había ocurrido ante la sociedad española.

Los jóvenes, que tenían entre 18 y 20 años, sabían bien lo que les podía pasar después de todo aquello. Así lo cuentan cinco de aquellos chavales, que hoy cuentan con casi 50 años, en el tercer programa de la nueva temporada de Salvados. Burgas, Torres, Membrilla, Matamalas y Gimeno, además del resto de sus compañeros, tuvieron que declarar ante el juzgado militar.

Las declaraciones en el juzgado

"Hubo momentos de incertidumbre. Fueron muchas horas aislados porque no querían que nuestras declaraciones estuvieran contaminadas ni querían que supiéramos que era lo que nos habían preguntado. Fue la sensación de estar en la boca del lobo", rememora Burgas en el programa de laSexta acerca de los interrogatorios.

Membrilla contó su caso personal y dejó claro que había sufrido malos tratos por parte de sus superiores. De hecho, él fue uno de los soldados con los que más se cebaron los altos mandos, declaran muchos de sus compañeros. Cuando salió de allí, en vez de ir a la cárcel tuvo que ser ingresado en el hospital. Tenía una tuberculosis muy avanzada que le había perforado el pulmón y las palizas, el ejercicio físico extremo y los baños de agua helada de 'la prueba de la boina' hicieron que su enfermedad avanzara deprisa.

Falta administrativa, pero no sedición

Al final, salieron detenidos del Juzgado y los llevaron a la prisión militar de Illetes. Sin embargo, no fueron condenados por sedición. "Era una falta administrativa", explica Matamalas a Gonzo. Sus penas no superaban los tres meses para cada uno de ellos y su estancia allí fuecomo estar en el paraíso comparado con todo lo que habían pasado en la base. "Fue lo que yo esperaba de la mili", dice haciendo un gesto teatral Gimeno, provocando la risa de los allí presentes.

"Allí tirado 'a la bartola'. Sin salir a la calle, pero 'a la bartola'. Paseítos, superbién, por las noches estábamos todos juntos...", recuerda el soldado. Torres señala que allí también había horarios que cumplir, pero tenían la tarde libre.

Quienes les vigilaban eran los policías militares, que tenían su misma edad. "Tenían un trato correcto, de compañeros de mili", cuenta Burgas.