El exgimnasta Gervasio Deferr ha relatado a Jordi Évole cómo fue su descenso a los infiernos poco después de hacer historia logrando la primera medalla de oro olímpica de la gimnasia española. "A mí se me va un poco la olla cuando gano, me creo Dios. Me convierto un tiempo en gilipollas", confiesa el atleta al periodista y presentador de Lo de Évole. Justo un año después de su hazaña, le operan de los hombros y está "todo el 2002 sin entrenar ni hacer nada", y ahí empezó todo: "Ahí es cuando empiezo a fumar alguna vez porros".

Gervasio Deferr, que pasó a ser muy reconocido en toda España por su hazaña, se convertía de repente en una persona muy distinta a los ojos de la opinión pública, como ha desvelado en el vídeo que acompaña estas líneas: "Viene el positivo en el campeonato del mundo y ahí se me quitan todas las tonterías de golpe. Ya no era tan listo ni el mejor. Yo ni sabía que los porros eran considerados doping. Todos me empiezan a señalar, mi padre pasa de mí y deja de hablarme, está roto. Me sentí muy avergonzado".

Así consiguió Gervasio Deferr no dar positivo por drogas

Gervasio Deferr tenía cinco meses para prepararse para las Olimpiadas de Atenas. Así cuenta en este vídeo cómo consiguió retrasar el control antidoping: "Dije al Comité Olímpico que necesitaba un tiempo para limpiarme".